“LAZO, RIENDA Y BOLEADORA”: Villa Belén

El 20 de enero de 1814, Artigas, convencido de la inutilidad de sus esfuerzos por mantener la unidad con las fuerzas bonaerenses, abandona el sitio de Montevideo. Este hecho histórico es conocido como la “marcha secreta”, ya que si bien la incompatibilidad ideológica con Buenos Aires era evidente, estratégicamente no convenía debilita el sitio. Por esta razón Artigas se va vestido de gaucho, con una lanza atravesada a la espalda y entre 10 y 20 hombres que lo escoltaban.

“Fue a instalarse en Belén, sobre el litoral del Uruguay. Fue un salto al vacío, sin garantía alguna de red. Un acto de confianza en su capacidad y en sus recursos, del que saldría el éxito: su formidable poder en el corazón del sistema federal, cuyo zenit fue el año 1815”. (Ana Ribeiro).

La Sociedad Tradicionalista “Lazo, Rienda y Boleadora”, ha decidido recrear en la 28ª edición de la Fiesta de la Patria Gaucha, la vida de la Villa de Belén en los primeros días del año 1814, momento en que arriba el prócer, y desde donde comienza a gestarse el sistema federal.

En la Villa de Belén en esos días flameó la bandera de los “insurgentes orientales”, compuesta por cuatro franjas horizontales de color azul y tres franjas blancas. “Fue, pues, la primera bandera oriental” (Agustín Beraza)

Mucho se ha hablado del origen del nombre de Pueblo Belén, como hoy se le llama, pero el verdadero fue “Villa de la Virgen Santísima Nuestra Señora de Belén”, así se le denominó el 14 de marzo de 1801 cuando fue fundada por el capitán de blandengues Jorge Pacheco, por orden del virrey Avilés, con el fin de controlar los desmanes de las poblaciones charrúas y minuanes al norte del Río Negro. El emplazamiento se ubicó en la margen oriental del Río Uruguay sobre el “Paso Real del Uruguay”, en las cabeceras del “Yarapey”, lugar que actualmente se encuentra bajo las aguas del embalse de la represa de Salto Grande en el departamento de Salto. Ningún pueblo se fundó con más recursos en la época, contando con tierras fértiles, ganado suficiente y lugares para explotar las riquezas de la naturaleza, aunque esta bonanza inicial declinó rápidamente.

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