Por tercera vez visitó Tacuarembó la psicóloga gestáltica Fanny Berger reconocida por sus trabajos sobre niños y niñas, últimamente ha incorporado el comportamiento adulto, analizando profundamente la relación padres e hijos. La causa de llegar a nuestra ciudad fue la presentación de su séptimo libro “El desafío de Ser Padres“, el cual enfoca el problema del vínculo en la familia desde otro ángulo: “la diferencia de conducta del papá y la mamá, hacia sus hijos. Partimos de la base de que el hombre y la mujer se relacionan distintos con los chicos. Son complementarios. La característica del hombre es que pone límites en forma visceral y a las mujeres nos cuesta la firmeza. Entonces en el libro hablo de lo que impiden el rol materno y el paterno” agregó la psicóloga. “Creo que el desafío es que el hombre siga fijando límites pero que pueda expresar sentimientos y que la mujer brinde ese cariño que le sale tan maternalmente”.
Fanny Berger aborda los temas de vínculos familiares, escribió sobre los abuelos, padres e hijos, temas como límites, los padres, la responsabilidad. “En éste último texto observo las diferencias entre la función y las características del padre hombre y la madre mujer, mostrando como son distintas y complementarias no antagónicas“. Y como las madres al ser mujeres, ante un problema de un hijo, tiende la a súper involucrarse, híper responsabilizarse, sentirse culpable, de pegarse al problema, controlar.
El hombre tiene la tendencia opuesta, ni mejor, ni peor, se aísla y puede enfrentar el problema desde un lado racional, no se culpabiliza, pero si se responsabiliza. “El hombre fija límites con firmeza y a la mujer nos cuesta. Cada uno tiene diversos desafíos por el bien de los chicos, el desafío primordial de la mujer es poder fijar límites con firmeza no con pena, ni lastima. El desafío del hombres es poder expresar sus afectos y también demostrar conductas compasivas, que es lo que le cuesta al hombre”.
Los chicos crecen – “A medida que los niños y niñas crecen, según la etapa de la evolución que estén es distinta. Es verdad que el niño necesita protección y que la madre le da, pero cuidado, es acá el padre el que tiene que separar ese vínculo, cuando es muy pegado entre la madre y el hijo. En la adolescencia, el adolescente necesita el límite firme, porque necesita una autoridad con quien confrontar y ahí el padre es especialista. En toda etapa hay desafíos”.
¿En las familias mono parentales qué sucede?
– A estas madres hay decirles que tienen doble trabajo. Se pueden educar hijos sanos con la ausencia de la figura paterna pero hay que cumplir con la función de la figura paterna no hay que depreciarla o desvalorizarla porque esté ausente. Pero siempre fijar límites con firmeza y calidad. Las madres muchas veces tenemos la tendencia a ser sobre protectoras, de hacer por los chicos cosas que ellos pueden hacer y ahí le quitamos la oportunidad de desarrollarse. El tema no es familias mono parentales o familias con papá y mamá, familias del mismo sexo, el tema es que el adulto encargado cómo se relaciona con el niño. La mamá que educa sola tiene que saber de su tendencia a sobreproteger. En este caso la madre debe hacer un equilibrio con conductas que corresponden al padre”.
– Club del Libro de Librería Difusión y De Vera presentaron a Fanny Berger en Tacuarembó.
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