“LOS GAUCHOS DE ROLDAN” La acordeón a botón y el bandoneón, música del norte del Uruguay

Walter Roldán: “era muy común que los músicos de campaña para ampliar el repertorio, salían, se iban muchos kilómetros de a caballo, a los bailes y no iban a bailar. Iban a pasar la noche escuchando a la música, y a veces se venían con algunos temas en la mente. Trataban de memorizarlos y venían a su casa, puede ser otros tantos kilómetros para atrás para sacarlos. Ahí agarraban el instrumento y trataban de repetir lo que habían escuchado, y muchas veces mezclaban una parte de un tema con otro, pero era la tradición musical, eso era lo que había”

Un verdadero orgullo para la música de Tacuarembó, que un autor y recopilador junto con su gente grabe un disco compacto de buen nivel, no solo en su contenido sino en su calidad de grabado y su presentación con un texto en inglés y español, donde una introducción de José Curbelo nos ubica en la historia musical uruguaya, principalmente en la que corresponde al norte del Río Negro.

Este CD editado por el sello estadounidense Simthsonian Folkways es un trabajo grabado en el marco del Bicentenario del Uruguay y con apoyo del Fonam y será presentado en Estados Unidos, donde se prevé una posible gira de “Los Gauchos de Roldán” por el país del norte, la producción corresponde a Daniel Sheehy y José Curbelo.

El conjunto está integrado por Walter Roldán: Nació en 1943 en Tacuarembó en una familia musical de 8 hermanos. A los 15 años comenzó a tocar en el programa “El viejito de la acordeón” junto a Dante Techera Márquez por Radio Zorrilla en la ciudad de Tacuarembó. En la década de 1980 empezó a organizar “encuentros de acordeones” que reunían acordeonistas de dos hileras de su región. En 1986 fundó a su conjunto, “Los Gauchos de Roldán”. En 1996 comenzó su colaboración artística con Numa Moraes. Se ha presentado en los Estados Unidos, Canadá, Cuba, México, Argentina y Brasil. Luis Alberto “Chichí” Vidiella: Nació en 1932 en una familia musical en Tres Bocas de Cerro Chato, Paysandú. Chichí inició su carrera de bandoneonísta profesional en 1948. Por muchas décadas acompañó al artista legendario, Aníbal Sampayo. Es autor de numerosas composiciones en estilos diversos desde el tango al chamamé. Bernardo Sanguinetti: Guitarrista de Tacuarembó, nació en 1962 y estudió con guitarritas influyentes como Alberto Larriera. Fue un participante clave en el ambiente artístico del “Bar el Toto”, boliche del ya fallecido guitarrero popular de Tacuarembó, “Toto” Latorre, donde empezó su colaboración con Walter Roldán. Ricardo Cunha: Guitarrero y veterinario de Tacuarembó, nació en 1951, y empezó a integrar al importante conjunto tradicional Los Aparceros en 1990 tocando el guitarrón. En la década de 1960 conoció a Walter Roldán escuchando la emisión radial “El Viejito de la acordeón”. Héctor Numa Moraes: Guitarrista y cantautor, nacido en el pueblo de Curtina, de Tacuarembó en 1950. Es una figura clave en la música popular uruguaya. Empezó a colaborar artísticamente con Roldán en 1996.

Las composiciones musicales que aparecen en el disco representan una verdadera historia de “la música del norte” y que plenamente identifica a los habitantes rurales de esta zona, la transparencia y lo diáfano del acordeón se destaca en cada ejecución. Los temas: La milonga Como mi suegra, una melodía de maxixa, que siempre se tocó en la familia Roldán. La polca La embrujada, composición de Chichí Vidiella, se destaca la combinación especial de bandoneón y acordeón. El Chotis de Don Lorenzo, que habla de un “personaje muy pintoresco porque usaba barba larga, usaba una melena hasta media espalda, tocaba el acordeón y la guitarra”, dice Roldán. La maxixa En el galpón, un tema preferido para baile de los Roldán. La polca La Flor de Bañado, “esta debe ser la polca más famosa del país” dice Washington Benavides, quien puso letra a esta melodía atribuida al acordeonista ciego Guillermo Duré de Curtina. La mazurca El Gaucho en la pulpería, don Otilio Roldán, padre de Walter, le contaba como él veía bailar la mazurca en su juventud, con bastonero dirigiendo a las parejas en figuras como en los bailes coloniales de pericón y media caña. El chotis El viejo, “en aquel tiempo me contaba mi abuela que ellos tocaban polcas, chotis, valses. El tango ni existía en aquella época… En el interior siempre se tocó polcas y de todo con el bandoneón (aunque) la gente piensa que el bandoneón es más para tango que para cualquier cosa”, explica Chichí, recordando a su abuela Celestina Silva, quien tocaba el acordeón a botón. Las polcas Como polca suena / La polanquera, Walter aprendió “Como polca suena” del estanciero y acordeonista Edgardo “Pirulo” Martínez y “La polanquera” es una polca recopilada por el desaparecido bandoneonísta Abayubá Rodríguez del acordeonista popular Segundo Severo Alonso, ambos de Tacuarembó. La habanera Colonia Lavalleja, es un tema del siglo XIX. La polquita de La Tuna, por un lado recrea una bellísima zona del departamento de Tacuarembó, por otro habla del exilio forzado en tiempo de la dictadura cívico militar del cantor Numa Moraes. El Chotis cuadrillero, este era un ritmo muy importante en los bailes de la época de Otilio en el norte uruguayo. Las parejas tenían pasos y figuras muy variados para bailar el chotis. La Maxixa del pañuelito, lleva este nombre porque “los bailarines iban con su mejor ropa, y cuando un mozo sacaba a una chica a bailar, se cubría la mano con un pañuelo como para no manchar el vestido de la acompañante con transpiración mientras bailaban”. La polca La infeliz, se tocaba en la zona limítrofe entre Tacuarembó y Paysandú, Walter Roldán la aprendió del bandoneonísta “El Negro” Díaz en el pueblo de Tambores en los años 1970. Valseado El remolino, fue llamado así porque los movimientos de las parejas girando sobre la pista asemejan un remolino. La Polca de 1904, música de Roldán y letra de W. Benavides, habla de los conflictos armados entre los Colorados, históricamente ligados a los intereses capitalinos y los Blancos, históricamente asociados a los intereses del interior y a los grandes terratenientes. La letra recuerda a “El Negro Fando” que era un asistente del coronel Marcelino Benavides, que fue uno de los vencedores en Masoller; tomado prisionero a “Fando lo dejaron por muerto, degollado… y se pudo salvar”. Después en cada aniversario de la batalla, Fando se cuadraba respetuosamente frente a la ventana del viejo coronel. La polca La roncadora, pertenece al acordeonista “Chico” Soares de Lima, vivió en Rivera y pertenecía a los Soares de Lima Medeiros, una familia numerosa e importante en el folklore musical uruguayo. Cuando Roldán escuchó a “Chico”, el tema que más le gustó fue esta polca, “yo era muy joven, no me daba la capacidad para tocarla, pero la guardé, estaba guardada en mi cabeza, y pasaron muchos años para que yo supiera suficiente de acordeón para poder tocar esta polca como la tocaba él”. La polca La chiquita de Buricayupí, era tocada en Buricayupí, un pequeño poblado cerca de Tres Bocas de Cerro Chato, lugar donde nació Vidiella. La maxixa Cerro abajo, Otilio Roldán le puso este nombre por la sensación de caer barranca abajo. El vals Una noche cualquiera, aquí se destaca el trabajo bandoneonístico de su autor Chichí Vidiella.

Este disco compacto permite comprobar el gran poder de memoria de Walter Roldán al plasmar en un disco composiciones que le fueran trasmitidas oralmente por sus ancestros. Recordemos que ha principio del siglo pasado no existían aparatos electrónicos como los actuales y la transmisión era oral, los ejecutantes registraban en la memoria la música y después la ejecutaban ellos, y algunos como Atilio Roldán se la pasaban a sus hijos, “estos temas son toda una tradición, los llevamos, fue la herencia que nos dejó” nos aclara Walter. Con una trayectoria artística de más de cincuenta años, Walter Roldán nos interpreta junto a sus gauchos, los ritmos tradicionales del norte uruguayo a través de temas heredados de su padre y abuela y de una diversidad de acordeonistas rurales del norte del país. Con danza, poesía, guitarra, bandoneón, y canto Los Gauchos de Roldán prometen sacar a la gente a bailar como en aquellos bailes familiares, tan típicamente de la región de antes que duraban hasta el amanecer.

“Los Gauchos de Roldán”, presentaron su trabajo en el salón principal de Club Tacuarembó, ante más de 300 personas que disfrutaron en un excelente recital de una verdadera música norteña, en la ceremonia actuaron los calificados bailarines María Vares Albornoz y Carlos Alemán.

En la grabación Walter Roldán ejecuta el acordeón de botón, Chichí Vidiella el bandoneón, Ricardo Cunha el guitarrón, Bernardo Sanguinetti la guitarra y en algunos temas Numa Moraes canta y ejecuta la guitarra. Sin duda un trabajo discográfico para recomendar.

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