Cinco pandillas menores decidieron sumarse a la tregua que mantienen las mayores y más violentas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18, que ha reducido de 14 a 5,5 los homicidios diarios en El Salvador, aseguró este miércoles una fuente oficial. «Se ha llegado a un acuerdo entre las otras pandillas de sumarse a la tregua, han decidido parar su agresión en aras de contribuir a la búsqueda de la pacificación en El Salvador», dijo a la AFP el excomandante guerrillero Raúl Mijango, uno de los mediadores de la tregua.
Las pandillas que se sumaron a la tregua son Mara Máquina, Mirada Loca, Mao Mao, La Raza y Mara Desorden, cuyo número de miembros se desconoce, aunque son muchos menos que los que tienen la MS-13 y Barrio 18 por todo el país, según estudios especializados. Los miembros de las cinco pandillas que se sumaron a la tregua operan en sectores focalizados en el central departamento de San Salvador, donde se ubica la capital del mismo nombre, La Libertad y en otras ciudades en los occidentales departamentos de Sonsonate y Santa Ana.»Que se sumen estas otras pandillas es un gran logro para los que aspiramos a ver un país diferente, pero hay que reconocer que el camino aún es largo en este proceso, pero se va avanzando y lo bueno es que más se suman a los esfuerzos para que este flagelo de la violencia acabe», remarcó Mijango.
Bajo la mediación de Mijango y el vicario castrense Fabio Colindres, la MS-13 y Barrio 18 acordaron el 9 de marzo cesar su guerra, que colocó al país entre los más violentos del mundo. Según el gobierno, El Salvador tenía una tasa de 68 homicidios por cada 100.000 habitantes, pero con la vigencia de la tregua la tasa tuvo una caída drástica a 23. «Ya hay reducción en el número de homicidios, pero queremos que haya menos», sostuvo Mijango, quien comentó que las pandillas que se sumaron a la tregua también se han comprometido, al igual que la Mara Salvatrucha y Barrio 18, a no provocar desórdenes en las cárceles donde están muchos de sus miembros.
Miembros de las pandillas La Raza y Mara Desorden entregaron voluntariamente una treintena de cuchillos que tenían en su poder en la prisión de Santa Ana, 66 km al oeste de San Salvador, según Mijango. En las cárceles de El Salvador están recluidos poco más de 10.000 pandilleros, mientras que en barrios y calles permanecen libres unos 50.000, según datos oficiales.
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