NACIONES UNIDAS – (IPS) – Las principales potencias militares del mundo ejercen su dominio en gran parte debido a sus enormes arsenales de armas, que incluyen sofisticados aviones de combate, drones, misiles balísticos, buques de guerra, tanques, artillería pesada y armas nucleares de destrucción masiva (ADM).
Pero el repentino aumento de la pandemia de covid-19, en particular en Estados Unidos y en Europa, ha resucitado la cíclica pregunta que clama por respuesta: ¿la abrumadora potencia de fuego y las ADM se volverán obsoletas si las armas biológicas, actualmente prohibidas por una convención especial de las Naciones Unidas, pasasen a ser usadas en guerras en un futuro lejano?
Según la estadounidense Universidad John Hopkins, que lleva un monitoreo de los casos de pandemia en el mundo, el viernes 20 de noviembre se habían acumulado a nivel global 57.076.577 millones de personas infectadas por el coronavirus y 1.363.533 millones de personas fallecidas por la Covid.
De ese total, Estados Unidos acumulaba 1.725.093 casos y 252.599 fallecidos, después de haber alcanzado en la tercera semana de noviembre el récord de personas contagiadas y muertas en un solo día.
El diario The New York Times citó a expertos anónimos que predijeron que Estados Unidos pronto informará más de 2.000 muertes al día y que de 100.000 a 200.000 estadounidenses más podrían morir en los próximos meses. Algún especialista aseguró que en marzo próximo los muertos acumulados en ese país serían 471.000, si no hay una vacuna eficaz.
La pandemia también ha desestabilizado la economía mundial y la pobreza y el hambre en el mundo se han disparado a nuevos máximos. Y todo esto, sin que se disparara un solo tiro, en una guerra fallida de ocho meses contra un virus en gran propagación.
Natalie J. Goldring, investigadora y profesora adjunta del Programa de Estudios de Seguridad en la Escuela de Servicio Exterior Edmund A. Walsh, de la estadounidense Universidad de Georgetown, dijo a IPS que el mundo enfrenta múltiples crisis, con el potencial de devastar nuestras sociedades, incluyendo la del cambio climático y la guerra nuclear.
Recordó que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, advirtió sobre otra posible crisis, que es que los terroristas podrían usar armas biológicas para producir resultados desastrosos. Para Guterres, la utilización de ese tipo de armas podría ser más devastador que lo ha sido la Covid.
“Si un grupo terrorista pudiera llevar a cabo las complejas tareas de crear y usar armas biológicas, la liberación intencional de un arma biológica podría ser incluso más mortal que la Covid”, dijo Goldring, quien entre sus otras actividades está la de representar al Instituto Acrónimo de la Diplomacia del Desarme dentro de la ONU, en asuntos de armas convencionales y comercio de armas.
A juicio de la experta, Guterres puso sobre la mesa un punto importante, el de que “debemos enfocarnos de inmediato en prevenir este tipo de desarrollo”. “También necesitamos aumentar enormemente la capacidad de nuestras comunidades para responder a las enfermedades infecciosas”, añadió.
“Los países con grandes fuerzas militares a menudo amenazan con usar esas fuerzas para imponer su política exterior y otros objetivos. Una pregunta es si el uso de armas biológicas podría en efecto hacer obsoletas estas fuerzas convencionales y nucleares», se preguntó Goldring.
Su respuesta es que “las armas nucleares ya son obsoletas y contraproducentes. Al continuar desarrollando y desplegando estas armas, los Estados aumentan el riesgo del robo nuclear e incentivan a otros países para que desarrollen armas nucleares como respuesta’.
Al brindar un panorama sombrío de la devastación económica y social causada por la pandemia, Guterres advirtió en octubre sobre la posibilidad de un desastre aún peor: los riesgos de ataques bioterroristas que desplieguen gérmenes mortales.
Eso podría suceder, puso como ejemplo, “si una enfermedad fuera manipulada deliberadamente para que sea más virulenta, o liberada intencionalmente en varios lugares a la vez».
“Entonces, al considerar cómo mejorar nuestra respuesta a futuras amenazas de enfermedades, también deberíamos dedicar seria atención a prevenir el uso deliberado de enfermedades como armas», afirmó el máximo responsable de la ONU, durante una reunión digital del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, así como los efectos de la pandemia.
Mientras tanto, si los grupos terroristas, como teme Guterres, adquieren el conocimiento para usar armas biológicas, los terroristas suicidas y los rifles de asalto AK-47 utilizados en asesinatos al azar, también pueden volverse obsoletos en el futuro.
Francis Boyle, profesor de derecho internacional en la Facultad de Derecho de la estadounidense Universidad de Illinois, dijo a IPS que “no son los grupos terroristas los que son el problema aquí ».
El problema “son los gobiernos terroristas como los de Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Israel y otros, que tienen las instalaciones de guerra biológica más avanzadas y las armas biológicas en el mundo que amenazan la existencia misma de toda la humanidad como lo está haciendo ahora la covid-19”, aseguró ese asesor de numerosos organismos.
Una opinión diferente es la de Filippa Lentzos, investigadora principal asociada del Programa de Armamento y Desarme del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), quien dijo a IPS que “no creo que las armas biológicas se conviertan en la ola del futuro».
“Muchos podrían alejarse de las bombas, pistolas y otras armas explosivas”, ya estamos viendo una guerra híbrida y una mayor dependencia de la cibernética, la desinformación, etc., pero esta transformación será desigual en todo el mundo”, aseguró la especialista.
“Sospecho que también habría diferencias en la aceptación entre los actores estatales y no estatales. La forma en que veo las posibles armas biológicas futuras es como una forma de armamento de un nicho extremo, solo potencialmente ‘adecuado’ en circunstancias muy limitadas”, afirmó Lentzos.
El mundo tiene en vigencia desde 1975 una Convención sobre las Armas Biológicas, que fue el primer tratado multilateral de desarme que prohíbe el desarrollo, la producción y el almacenamiento de una categoría completa de armas de destrucción masiva.
T: MF
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