Un hombre llegó al Hospital de Tacuarembó con un ACV. En menos de 6 horas era operado por un profesional aerotransportado desde Montevideo.
Los accidentes cerebrovasculares (ACV) constituyen un desafío para los equipos médicos. “Son patologías tiempodependientes”, define siempre el neurocirujano Ciro Ferreira, director del Hospital de Tacuarembó.
¿Qué significa ese término? Simplemente que por cada minuto que el paciente pasa sin recibir el tratamiento adecuado, aumentan las posibilidades de que el ACV deje secuelas graves. En ese sentido, los profesionales cuentan con un “período ventana” de seis horas para intervenir al afectado de manera exitosa.
Por ello, el nosocomio tacuaremboense —centro de referencia en la materia en el interior del país— cuenta con una logística muy aceitada que permite, en coordinación con entidades como la Fuerza Aérea Uruguaya, intervenir a pacientes de diversos puntos del territorio nacional dentro de ese perentorio plazo.
En la mayoría de los casos se debe proceder al traslado urgente del paciente. Buen ejemplo de ello fue lo ocurrido el año pasado con un vecino de la ciudad de Artigas, que sufrió un repentino ACV mientras trabajaba como changarín.
La rápida coordinación con el hospital artiguense a través de ASSE permitió que el paciente llegara rápidamente en ambulancia a Tacuarembó y fuera intervenido. A las ocho horas del procedimiento el paciente ya había recuperado la motilidad y movilizaba ambos brazos y piernas, con disminución de la desviación de rasgos y la dificultad de expresión. En pocos días estaba como nuevo.
En otros casos, es el médico quien debe volar —literalmente— para salvar al paciente. Eso fue precisamente lo que sucedió hace menos de un mes, cuando la doctora Alejandra Jaume aplazó su celebración de cumpleaños para volar desde Montevideo a Tacuarembó.
Mientras Jaume viajaba por aire desde el sur, desde el norte —concretamente, desde la ciudad de Rivera— llegaba en ambulancia el paciente, un hombre de 63 años en situación crítica. La eficaz y rápida coordinación de traslados de enfermo y médico permitieron un final feliz: una cirugía dentro del plazo correcto y la buena recuperación de un paciente que, de haber sido operado más tarde, habría corrido una suerte muy distinta y adversa.
El pasado fin de semana, este ágil mecanismo permitió preservar la calidad de un hombre de 75 años, intervenido en el hospital tacuaremboense.
Según informaron a Montevideo Portal desde el Hospital de Tacuarembó, el paciente arribó a la emergencia de dicho centro con síntomas que evidenciaban un ACV. La angiotomografía mostraba la presencia de un coágulo a nivel de la arteria cerebral media en el sector M1.
Rápidamente se activó el protocolo para código Stroke (palabra que denomina en inglés a los ACV), y en menos de seis horas desde el inicio del cuadro clínico se logró una intervención exitosa. Para ello, el neurointervencionista Matías Negrotto fue trasladado desde Montevideo en un helicóptero de la Fuerza Aérea. Una vez en Tacuarembó, Negrotto trabajó junto al equipo de angiografía encefálica, integrado por anestesistas, técnicos radiólogos, instrumentistas, enfermeras y auxiliares de servicio del hospital local. Juntos consiguieron la extracción mecánica del trombo con restablecimiento total de la circulación sanguínea en el área comprometida. El paciente fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos vascular, donde se encuentra en fase de recuperación.
“Nuevamente se cumple en forma cabal con las exigencias del Fondo Nacional de Recursos, a fin de dar solución en forma precoz en una patología tiempodependiente, como lo es por excelencia el ACV”, remarcaron desde el hospital.
La coordinación se dio en un día especialmente agitado para el centro de salud, ya que además de este procedimiento complejo, en la misma sala híbrida se llevaron a cabo siete cateterismos cardíacos con colocación de stent. Para este fin fue necesario ampliar las camas de CTI y de cuidados moderados, con la finalidad de recibir a pacientes de Paso de los Toros, Artigas, Melo, Río Branco, Rivera y otras localidades, provenientes tanto del subsector público como el privado.
Desde su inicio, hace poco más de dos años, este centro, único en ASSE en el interior del país, ha llenado un vacío asistencial muy importante, con “más de 400 procedimientos de arteriografía cerebral, 71 embolizaciones y colocación de diversores de flujo y más de diez trombectomías, con una mortalidad prácticamente nula, similar a la de los mejores centros del mundo”, enfatizan.
La directora del aeropuerto de Tacuarembó, coronel Ana Sandes, valoró positivamente el trabajo del hospital local y la posibilidad de operar de forma coordinada. “No es habitual que se traslade el profesional que va realizar la intervención, sino al paciente que recibirá el tratamiento. En este caso es así porque el Hospital de Tacuarembó cuenta con tecnología de avanzada para procedimientos de alta complejidad y resolutividad”, dijo en declaraciones a Radio Zorrilla de San Martín.
Esa noche, en el Club Tacuarembó el Hospital recibió el reconocimiento del Rotary Club Tacuarembó Sur por “su entrega en beneficio de la salud de los pobladores del Norte”, en una ceremonia muy emotiva colmada de público que aplaudió de pie.
- Fuente: Montevideo Portal
Sé el primero en comentar