Por Decreto del Poder Ejecutivo del 8 de setiembre de 1992 se fija al 12 de noviembre en Uruguay como el “Día Nacional del donante voluntario de sangre” pero antes en el año 1988 la Ley Nº 12.072 crea el Servicio Nacional de Sangre, Unidad Ejecutora del Ministerio de Salud Publica con normas y recursos para su organización y funcionamiento. Hoy existe un Banco de Sangre de vanguardia al norte del país, primero en obtener la certificación de calidad pero aún hay carencias de donaciones a nivel nacional y la región.
“En el Banco de sangre somos intermediarios entre el donante y el paciente que necesita los diferentes grupos sanguíneos, por lo que nuestra función es lograr obtener a partir de la sangre donada, productos que sean de calidad y seguros para todos aquellos que su vida depende de poder recibirlos” destaca a TACUAREMBÓ 2030, la Dra. Teresa Faguaga, Jefa de Hemoterapia del Hospital Regional de Tacuarembó. “Nuestro trabajo tiene doble faceta, por un lado hacemos una tarea asistencial brindando los productos que el paciente está necesitando y por otro lado tenemos una labor con la comunidad en la tarea de compartir y de hacer saber lo que realizamos” agrega la especialista. “Hacemos la recepción de los donantes, una selección para ver si los mismos están en condiciones de salud como para poder realizar su donación y la extracción, de cuyo contenido separamos los componentes; glóbulos rojos, plaquetas y plasma, dándole a cada paciente el producto específico que requiere” informa la médica sobre el procedimiento.
Promoción y Concientización – En la tarea con la comunidad lo fundamental es informar sobre la dimensión del acto voluntario y altruista porque “solamente el cuerpo humano puede fabricar la sangre, y sus diferentes componentes, que muchos pacientes necesitan para sobrellevar tratamientos agresivos como las quimioterapias o poder ser intervenidos quirúrgicamente, así como en el caso de personas con anemia, carencia de plaquetas o trastornos de coagulación” explica Faguaga. “Es importante destacar que a partir de una sola donación de podemos tratar de 3 a 6 personas” afirma la titular del Banco de Sangre de Tacuarembó a nuestra revista. Esto es posible gracias al plasma, que si bien es uno de los componentes sanguíneos menos usados, su excedente es enviado para su procesamiento a la ciudad de Córdoba, en Argentina en cuya planta procesadora obtienen albúmina, inmunoglobulina y factor 8, “que vuelve a nosotros y podemos tratar a tres variantes más de enfermedades”.
Tacuarembó pionero – Entre los servicios de hemoterapia del sector público, el Banco de Sangre del Hospital de Tacuarembó ocupa el tercer lugar en el país en cuanto a cantidad de donantes, manejando un volumen de 3.500 transfusiones anuales, además de ser el primero del país en recibir el certificado de calidad de UNIT según normas ISO 9001-2000 y ser el único en Uruguay en cubrir tanto el sector público como el privado, unificando el servicio e incluso extendiéndose a la población de otros departamentos considerando las intervenciones en neurocirugía y CTI de pacientes de la región que se realizan en el nosocomio local.
“Centralizar en un solo banco de sangre bien equipado toda la tarea tiene sus ventajas aprovechando todos los recursos y se logra procesar la sangre con tecnologías más modernas y mejores equipos que si se trabaja con volúmenes pequeños de unidades de sangre, donde hay que usar otras técnicas para los estudios que encarecen el procesamiento” sostiene la Dra. Teresa Faguaga. “Algunas veces los bancos de la región pueden colaborar si nuestro stock se ve en peligro, pero por el momento no hemos tenido dificultades de cobertura”. Los equipos utilizados en Tacuarembó son los usados en el primer mundo con tecnología de avanzada dado por el volumen de trabajo y aparatología que solo se encuentra en tres puntos del país; el Servicio Nacional de Sangre en Montevideo, el Hospital de Paysandú y de Tacuarembó. Por una reglamentación del MSP toda institución de salud que realice servicios de cirugía o diálisis debe contar con un Servicio de Hemoterapia o Banco de Sangre propio o contratado.
Para una donación segura – Dirigirse al Banco de Sangre ubicado en el Hospital Regional de Tacuarembó de lunes a viernes de 8 y 30 a 11 y 30 horas, munido de cédula de identidad con 2 horas mínimas de ayuna. Además de una evaluación teórica del estado de salud, se realiza el control de presión arterial y de hemoglobina (para evaluar la no presencia de anemia) extrayéndose 400 ml. de sangre con material esterilizado y descartable sin riesgos de contagio de enfermedades. Entre las indicaciones posteriores está no fumar durante la primera media hora luego de la extracción y si trabaja en la construcción lo haga a la altura del piso (no suba andamios). Tomar abundante líquido y en 24 horas es recuperado el volumen de sangre donado. En general el donante puede continuar con sus actividades habituales luego de realizar su donación. De acuerdo a la Ley Nº 12.072 la persona que realiza una donación tiene derecho al día libre en su lugar de trabajo. “No porque necesite la jornada para recuperarse sino como una atención por el gesto de ir a donar sangre, porque lo que aporta es vida, algo que no se puede comprar sino que solamente el cuerpo humano lo produce”.
Jornadas Solidarias – Recientemente se realizaron varias jornadas solidarias de donación ya en el marco del Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre, una de ellas durante la culminación de la Semana del Corazón en una actividad coordinada entre la mutualista local, el Banco de Sangre de Tacuarembó, el Ministerio de Salud Pública y la Oficina Departamental del Adulto Mayor y otra, convocada por los funcionarios del Banco Santander que en una jornada diaria propusieron a la población con el ejemplo, sumarse al acto altruista. Ambas tuvieron muy buena convocatoria. “Los tacuaremboenses son muy solidarios en todos los aspectos y en este también lo demuestran” expresa la Dra. Faguaga, aunque no es así en todo el país, donde se requieren unas 35.000 donaciones para abastecer el stock necesario y mayor conciencia sobre el acto de contribuir con una parte mínima de si, en mejor la salud del prójimo, en un verdadero pacto de vida. Bettina Silva Carneiro (bettinasilva13@hotmail.com)
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