Un análisis económico sobre el departamento de Tacuarembó realizó en un artículo periodístico el semanario capitalino Búsqueda. Allí se compara nuestro departamento a “una gran estancia forestada” en un “paisaje que contrasta con las calles estrechas y cada vez más transitadas de su capital, con una población estudiantil en aumento”. El texto considera que la producción comienza “a debilitarse y el empleo a resentirse” de acuerdo a información que recogió de “empresarios y autoridades” locales. Consultado el subdirector de Desarrollo Social de la comuna, Carlos Menéndez sostiene que “la forestación y el sector cárnico son los que jalonan la economía departamental”. Desde 2006 Tacuarembó creció igual que el país, su PBI sería, a la fecha, de unos U$S 1.063 millones anuales.
Ganaderos versus frigorífico – A unos 5 kilómetros de la ciudad capital, alrededor de un millar de operarios faenan vacunos que unos 20 camiones acarrean diariamente a Frigorífico Tacuarembó, propiedad del grupo brasileño Marfrig. Los empresarios ganaderos protestan por el precio de sus animales, “los productores están muy complicados por la baja de la compra de materia prima por parte de la industria” sostuvo José Tuneu, de la gremial ganadera local y está convencido “que los frigoríficos manejan la faena, trabajan menos, para bajar el precio”. Mientras que el gerente de compra de Frigorífico Tacuarembó, Juan Leites aclara “que el mercado está firme y con un buen panorama” y reconoce “que se produjo una pequeña sobreoferta de ganado”. La planta que produce carne y también subproductos, “estaba usando entre 70% y 75% de su capacidad, unas 800 reses diarias. En otro orden, Leites dijo que aparece un enfriamiento en el mercado laboral, porque aparecen pedidos de trabajo, “lo que hasta pocos meses no sucedía”.
Que producen los árboles – Cercana a Frigorífico Tacuarembó funciona Fenirol, “una planta de generación por biomasa a través de la quema de residuos forestales y cáscaras de arroz”. La firma de capitales nacionales emplea a 40 personas y produce 10,5 megavatios por hora, “que en su mayoría vende a UTE”. Los empresarios consideran que la actividad está siendo mayor que un año atrás.
“Medio árbol queda tirado en el campo” graficó el gerente de operaciones de Cambium Forestal, Juan Elhordoy. Hace 6 años esta empresa de capitales chilenos gestiona bosques en Tacuarembó y en otras partes del Uruguay (80.000 hás. en total). En Tacuarembó provee madera calificada a aserraderos y a Weyerhaeuser, industria “que emplea en forma directa a 700 personas y a otras 1.200 a través de contratistas”. La producción de tableros creció 18% en relación a 2013 y “actualmente utiliza el 80% de su capacidad instalada”, sostuvo Álvaro Molinari, director ejecutivo para América del Sur de Weyerhaeuser. El jerarca sostiene que la ausencia de un sector industrial con mayor fortaleza “y madurez” en la cadena forestal resta atractivo a los posibles inversores en el país. También cree que “el aumento del precio de la tierra y de los costos de producción también operan como un desestimulo, a lo que se suma ‘el ruido’ sobre temas tributarios”.
El 29 de julio cerró la maderera URUPANEL, productora de más de una década de paneles y MDF. La firma tuvo reiterados cambios de dueños “y había entrado en concurso de acreedores en 2012”. En un remitido público el Directorio de la firma argumentó que en los últimos 3 años tenía pérdidas y que tuvo que destinar “más de U$S 20 millones”. Al respecto TACUAREMBO 2000 informaba en su edición de setiembre que tras la declaración de cierre por parte los titulares “una asamblea obrera resolvió la ocupación inmediata de la planta a efecto de evitar su posible desguazamiento. El cierre de URUPANEL instaló la preocupación en la sociedad tacuaremboense por el desempleo de más de 400 personas y una ausencia de unos U$S 600 mil mensuales en la plaza comercial además de los puestos indirectos que está industria generaba”. Dos marchas multitudinarias con representación de distintas instituciones tacuaremboenses, conjuntamente con el sindicato de trabajadores de la empresa, se realizaron por las calles de la capital departamental.
Molinos y arroz – Cercano a Paso de los Toros, sobre Ruta Nacional Nº5, en la localidad de Peralta, 25 aerogeneradores en el movimiento de sus aspas produce energía, mientras que otro parque eólico privado se instala en frente, del otro lado de la ruta. Otro tipo de molinos instalado en el departamento, de las agroindustrias de Saman y Glencore, procesan el arroz que se cultiva en Tacuarembó. Respecto a la cosecha del grano, la misma ha sido ya levantada. A pesar que el rendimiento del cultivo es “de los más alto del mundo”, hay preocupación por “los costos que están a la par” y eso resta ganancias, dijo el presidente de la gremial arrocera, Marcos Ríos, esta situación ocasiona que los arroceros también cultiven soja que es “menos riesgosa, de menor inversión y más rentable que el arroz”.
El comercio – El informe del semanario Búsqueda, edición del 31 de julio pasado, también se refiere al movimiento en la ciudad de Tacuarembó donde indica que “las tiendas de ropa de campo se intercalan con los locales de las grandes cadenas del retail, financieras y bancos”. Y observa que “las bicicletas ya casi no ruedan por las calles; le dejaron el lugar a unas 30.000 motos, al renovado parque de autos y a las líneas de transporte colectivo que circulan desde febrero”. Agrega el informe que el comercio se ve afectado tras el debilitamiento de la agroindustria, tras el “boom” de los últimos años. En tanto Mauricio Crespi, presidente de la Asociación Empresarial de Tacuarembó (AET), habla de “una desaceleración que puede agravarse si el empleo decae”, pero descarta “dramatismo” y solo será cuestión de “adaptarse a un consumo entre 15% y 20% menor que unos años atrás”. Crespi es optimista en cuanto a la recepción de estudiantes por el Centro Universitario que se instaló en la ciudad capital, los cuales aportarán “otro perfil consumidor”.
En el orden empresarial departamental existe un claro predominio de las micros y pequeñas empresas, AET tiene unas 400 afiliadas del comercio y del servicio rural, la mayoría con problemáticas de gestión. Para hacerlas más competitivas está en ejecución un programa de proveedores con financiación del BID, dice Tania Isasa de la Agencia de Desarrollo local. La Intendencia Departamental apoya a microempresarios urbanos y rurales. Respecto al campo, Carlos Menéndez reconoce que la pobreza rural se mantiene alta así como el despoblamiento de los campos lo que trasunta en el crecimiento de los barrios de la ciudad, lo que lleva a la escasez de viviendas tanto como el aumento de valores en ventas y alquileres.
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