¡Virgen de Itatí!… Cuántos recuerdos trae a mi memoria la evocación de tu santo nombre… Virgencita de Itatí… Virgencita india… Virgencita buena… Virgencita alegre… la de nuestros años mozos… que contemplastes, tal vez con íntimo placer, muchos de nuestros bailes bullangueros y nuestros alegres “juegos de prendas”, en tanto te “velábamos”. Posiblemente que muchos de nuestros compañeros y compañeras de antaño pensarán cariñosamente en ti, al evocar tu nombre, y otros anteriores a nosotros y posteriores a nosotros, harán lo mismo que nosotros, porque con todos fuiste buena y con todos fuiste tolerante y a todos prestaste consuelo y amor. En lo más íntimo de mi corazón yo te venero. ¡Virgencita de Itatí!
Era costumbre antiguamente y no sé si aún subsiste que cuando la gente moza se quería divertir y se buscaba el pretexto de la Virgen de Itatí; se la iba a buscar y se organizaba un velorio en alguno de los ranchos de los alrededores del pueblo, en los cuales so pretexto de “velar” a la Virgen se bailaba o se “jugaba a las prendas” o a alguna otra cosa por estilo.
¿Cuántas veces me tocó la misión, con algún otro compañero, de ir a buscar a la Virgencita a las “tierras coloradas” donde tenía su santuario? Difícil me sería recordarlo y como yo ¿cuántos otros no han hecho lo mismo? Nadie podría decirlo. Pero, casi no podría afirmar que los sábados por la noche la Virgen de Itatí no se encontraba en su santuario. Hoy, hacen ya muchos años que no la veo. Hace unos días me dieron una noticia que me llenó de pesar. Me dijeron que Don Bernabé Pérez hace unos años la había adquirido por dos libras esterlinas y se la había llevado a Montevideo. No hay derecho para hacerlo. La Virgen de Itatí debe estar en Tacuarembó. Aquí donde siempre se la quiso; en el campo de sus milagros, porque han de saber Vdes. que también era milagrosa.
¿Cómo vino a Tacuarembó la Virgen de Itatí, la Virgencita misionera? Vamos a decirlo: Después de la reconquista de los pueblos de Misiones, situados en la margen izquierda del Río Uruguay, el General Don Fructuoso Rivera, al verse obligado a retirarse de allí, en cumplimiento del tratado celebrado entre nuestro Gobierno y el Gobierno Brasilero, se trajo consigo a todas las familias misioneras de poblaciones conquistadas, estableciéndolas cerca de la barra del Río Cuareim, donde fundó la Colonia Bella Unión. Producidas en el año 1832, la sublevación de la Colonia, ésta fue arrasada y sus componentes dispersos en todas direcciones. Uno de estos componentes, Doña Brígida Albano, bisabuela de Anastasia Zanit, fue que trajo a Tacuarembó a la Virgencita de Itatí.
Texto extraído del libro “TACUAREMBO, su fundación, hechos históricos y anécdotas” escrito por Ramón P. González y publicado en Montevideo en 1939.
Foto 1: Virgen de Itati en la Fiesta de la Patria Gaucha.
Foto 2: Ramón P. González
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