Cuestiones. Siempre… individual, social, colectivamente… siempre estamos rodeados de cuestiones. De forma inevitable los que asumen como certera, real y positiva una cuestión tienen sus irrefutables razones. Pero quienes asumen como ilegítima, irreal y negativa la misma cuestión… también son dueños de razones valederas, más o menos que las otras, menos o más pero las tienen. Entonces… teniendo ambas puntas, ambos vértices… somos dueños de una gran cuestión.
La temática que se me plantea hoy es la legalización de la marihuana. Complejo en sí mismo es el este índice de “legal o ilegal”. Complejo el tema “drogas”. Y aparecen los comentarios de pasillo: “legalizar el consumo llevará a que lo haga todo el mundo”, “sin legalizar el consumo la gente va a seguir drogándose igual”, “el cigarro y el alcohol son drogas legales y nadie dice nada”, “la marihuana tiene menos efectos adversos que el tabaco” y muchos comentarios- cuestiones más.
A mi modo de ver, y respetando toda complejidad, la “legalidad o ilegalidad” de una temática vaya si la determina. Lo ilegal ciega al ser humano tal cual nos dejan boquiabiertos los comerciales de playas rodeadas de palmeras y arena blanca cuando estamos a temperatura “horno”… y lo legal… trae el inconsciente colectivo “hecha la ley… hecha la trampa”.
Es por ello que daré mi opinión desde lo que puedo saber, conocer y sentir, como siempre he tratado de opinar. A mi modo de ver, la diferencia entre lo legal y lo ilegal es que dentro de la legalidad al menos conocemos las leyes que puedan determinar cuando los sucesos exceden los límites. En lo ilegal el túnel es más oscuro. Real es que las leyes son hechas por hombres… y por ende rodeadas de intereses, no siempre comunitarios. Pero… están, existen y debemos respetarlas.
Ahora, a mi modo de ver, las drogas están disponibles, presentes, y cercanas a cada uno de nosotros. Tal cual lo está la posibilidad del suicidio. Temible ejemplo, pero en algún punto para mi son la misma cosa. Pero no todos tomamos estas posibilidades. Por otra parte, en lo que a drogas refiere, si las tomáramos, hay diferentes vínculos que pueden establecerse con ellas. No es lo mismo consumir dos cigarros de marihuana que consumir tres docenas. No es lo mismo el “consumo” que la “adicción”. No es lo mismo “elegirla” que “necesitarla”. El trasfondo del vínculo con la droga no es la misma. La dependencia hacia una sustancia tiene un trasfondo de vacío con otros “apellidos”. Aquí se suma una nueva- gran cuestión- complejidad. Pero, si es posible permitir que quienes tienen un consumo “adecuado” con la droga accedan a ella evitamos que intenten acceder mediante la ilegalidad- trasfondo de un gran y terrorífico negocio nacional e internacional. De ahí destaco la importancia de que se legalice el consumo. Pierde fuerza el deseo al acceso a la sustancia porque ya no es ilegal y pierde fuerza el mercado de dinero maquiavélico que la sustenta.
Aquella persona que posee una adicción, llegará a la droga de cualquier forma… una de ellas accediendo a drogas potencialmente letales, y a corto plazo. Entonces, la legalización les estaría permitiendo un acceso a una droga no letal (sin negar que causa daños como lo hacen el cigarro y el alcohol) sin llegar a caminos y puntos tan extremos.
Cuestiones. Releo lo escrito y en cada cosa que planteé encuentro un contra-ejemplo. Habrán un 70% de personas en descuerdo conmigo y un 30% en duda… o un 80% aquí y un 20% allá… o un 50 y 50. No importa. Es una opinión sobre una cuestión. Mea culpa de que debería haber profundizado muchísimo más. Pero para eso también están los lectores. Este será probablemente el trigésimo puntapié que han tenido para pensar, repensar y cuestionar la temática. Humildemente es mi posición. Como todas las cuestiones… estoy un poco más de un lado que del otro. Y por ello entonces que, más allá de las cuestiones estoy de acuerdo en la legalización del consumo de marihuana.
Lic. Laura Romero Sum
Psicóloga.
lauraromeros@gmail.com
Sé el primero en comentar