Huamantla, Tlaxcala. 31 de agosto de 1847— A cinco días de haber arribado a México, Samuel H. Walker, héroe de las guerras contra los indios en Norteamérica e inventor, junto con Samuel Colt, de los célebres revólveres Colt Walker, es enviado a Santa Fé para rescatar un pequeño grupo de americanos que había sido atacado por rancheros mexicanos. Los valientes rangers de Texas capturan a varios hombres y los ejecutan sin más protocolo. Excepto uno, el que fue enviado con una nota del Capitán Walker a la banda de criminales con una advertencia: “si sabemos de cualquier otro acto de robo o asesinato, todos los responsables serán ahorcados y todas sus propiedades serán destruidas”.
El martes 31, el capitán Walker recibe noticias de la reciente batalla de Puebla. El sargento George W. Myers escribe en su diario: “Uno de los valerosos soldados americanos recibió un disparo justo debajo de la oreja, el que alcanzó a penetrar hasta su boca. El soldado mordió la bala con sus dientes y disparó al mexicano agresor, el que murió al instante”. El sábado 9 de octubre, otra bala atraviesa la espalda del capitán Samuel Walker. Según reportes posteriores, mientras es asistido por sus compañeros, pronuncia sus últimas palabras: “Me estoy muriendo. No pierdan tiempo conmigo. Díganle al capitán Lewis que no se rinda jamás. Luchen mientras quede un hombre respirando”. Llorando, el capitán Burst dice: “daría seis años de mi vida por haber podido hablar con el capitán Walker antes de morir”.
Los mexicanos, escribe el sargento Myers, “le ponen pimienta roja a todo lo que comen y nos temen más que el Diablo al agua bendita, aunque ellos nos llaman los diablos del capitán Walker”. El representante de Texas en el Congreso asegura que el último deseo del capitán Walker era descansar a la sombra del heroico The Álamo. Un oficial de Pensilvania escribió en su honor: “el capitán Samuel H. Walker tenía más sentimiento y compasión por los pobres de México que ningún otro oficial que he conocido en mi vida. El capitán nunca permitió que se cometiera ninguna injusticia contra ese pueblo”.
Ulysses Grant, en cambio, el 20 de octubre, desde Monterrey, le había escrito a Julia: “la prensa ahí lo exagera todo; ¡ahora resulta que han hecho del capitán Samuel Walker un héroe de las mil batallas!”.
Samuel Walker fue enterrado a una milla de El Álamo, cerca de San Antonio, más precisamente en Huamantla (que en náhuatl cuahuitl significa “abundancia de maní”, que en inglés significa “abundance of peanuts” o “abundancia de cosas sin valor”). Walker ha muerto el mismo año en que su sueño de un revólver súper potente se hace realidad con el invento y marca registrada Colt-Walker. Alguien, probablemente una mujer, le había disparado desde un balcón con una escopeta obsoleta.
- De “La frontera salvaje: 200 años de fanatismo anglosajón en América Latina”.
************************
Jorge Majfud Albernaz, nació en Tacuarembó (Uruguay) el 10 de setiembre de 1969. Se graduó en Arquitectura en la Universidad de la República de Uruguay, y se doctoró en Literatura Hispánica en la Universidad de Georgia en Estados Unidos. Desde el año 2003 reside en Estados Unidos donde es profesor de Literatura latinoamericana y Estudios Internacionales en Jacksonville University.
Sé el primero en comentar