Es un caso típico de un caudillo latinoamericano, de eso que América Latina ha conocido, el caso de Perón, Getulio Vargas, Velazco Ibarra, en fin caudillos populistas con cierto tinte autoritario que en el caso de Venezuela ha tenido una connotación muy especial por la significación económica que tiene Venezuela. No nos olvidemos que es uno de los principales productores del mundo y ha ejercido una influencia fuerte en los países de la región.
Nadie puede negar que ha habido un proceso interno en el que se ha logrado la incorporación de mucha gente a la sociedad, gente que estaba marginada de la sociedad y que ha sido de una redistribución de la renta petrolera. Eso abre siempre puntos a favor y puntos en contra, lo vuelve un personaje polémico, como indudablemente lo ha sido, y como lo han sido siempre esta clase de líderes y caudillos.
Ahora lo que queda es ver que es lo que queda después que él se va. Lo tradicional en los caudillismos latinoamericano ha sido que al desaparecer la figura al tiempo se disuelve el movimiento, hay que ver lo que queda después de su fallecimiento.
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