Nuestra tesis – Los que han analizado el importante desarrollo cultural de Tacuarembó en el sigo XX, incluso el propio escritor y poeta Washington Benavides, han priorizado el gran movimiento que se produjo en las décadas del 50 y 60, cuando llegaron a Tacuarembó importantes personalidades como el Maestro José Tomàs Mujica, el artista plástico Anhelo Hernández, el director de teatro Julio Castro Álvarez, el violinista del SODRE maestro Jacobo Gurevich, entre otros. Sin embargo, cuando procedemos al estudio de los hechos culturales de décadas anteriores, vemos que existieron fuertes corrientes artísticas que dieron pie al futuro cultural de nuestro medio.
Siguiendo a Horacio Ferrer, el arte popular incide en la formación de la cultura nacional y va coadyuvando para marcar identidad nacional.
Este arte popular, como exteriorización de las categorías humanas, dice Ferrer, se limitó en sus comienzos, con exclusividad a medios de expresión como la música, la literatura y el teatro, ya sea a través de los cantores de tangos, las orquestas, la poesía y los incipientes grupos teatrales.
En tal sentido, el tango fue una expresión que se fue consolidando en ese marco primigenio.
Respecto al teatro, en ese proceso, mientras que en Buenos Aires y Montevideo se levantaban grandes edificios, en Tacuarembó, Carlos Escayola construía el suyo, y facilitaba la llegada a nuestra ciudad de trascendentales figuras nacionales e internacionales, incluso antes que al propio Teatro Solís de Montevideo.
Hay informes sobre la existencia de una demanda judicial por reclamo del Teatro Solís contra Escayola, al estar prevista la presentación de una Gran Compañía Española, que estuvo primero de incógnito en Tacuarembó, la cual por razones climáticas y estado irregular de los caminos llegaron tarde a su actuación en Montevideo, donde el Teatro tenía las entradas totalmente agotadas.
Carlos Escayola, Jefe Político de Tacuarembó, (lo que es hoy un Intendente) mientras sus colegas levantaban edificios para cuarteles, regimientos, ayuntamientos, Municipios, él construía un TEATRO, que desde 1891 fue el edificio más importante de San Fructuoso por más de una década, ya que el cuartel se inauguró doce años después y el edificio municipal veinte años posteriores al teatro.
Pero además, durante los 18 años subsiguientes, Escayola dotó a Tacuarembó del esplendor de un desfile incesante de compañías de operas, operetas, varietés, zarzuelas, sainetes, rondallas, comedias, veladas, conferencias, recitales de música, baile y canto, espectáculos circenses, marionetas, títeres, cuartetos de cuerdas, conjuntos carnavaleros, etc.
Hay frondosas probanzas de esta serie impresionante de eventos culturales.
Como ejemplos, podemos mencionar según la relación de López Cabas y López Saracini, a la Gran Comedia española Cristóbal Galván, la Compañía de alta comedia de Ángel Barros, la Compañía Lírica Italiana de Miguel Tornessi, la Compañía de Operetas de Cifrandi, Puchini y Marescal. Concertistas de alto nivel como Eduardo Fabini, Hugo Balzo, Fanny Ingold, Lauro Ayestarán, Martínez Oyarguren, Pereira Arias y el Cuarteto de Cuerdas del SODRE. Compañías de Revistas Musicales como la Cubana de Josefina Meca y la de Conchita Vila, entre tantas.
Insisto, estos 18 años de teatro abierto, culto y popular, fueron organizados por Escayola cuando éste ya había dejado la Jefatura Política del Departamento, y donde sus propios recursos económicos respaldaban el éxito o fracaso de los espectáculos, razón por la cual, cuando se traslada a la capital en 1909, lo hace prácticamente con poco dinero, al haber vendido en épocas anteriores sus propiedades rurales y urbanas.
Sin Escayola, el Teatro continuó activo con otras empresas propietarias durante varios años, cerrando definitivamente en 1956. Pero, más allá de su lamentable postura política, hombre autoritario y esbirro representante de la dictadura del momento, en el tamiz del tiempo, no puede desconocerse el valor de estas acciones culturales.
Esta etapa pues, marca para nosotros los cimientos de la cultura tacuaremboense. Se generaron un sinfín de corrientes culturales, donde el tango local tuvo su génesis y mayor expresión en la estampa humilde y arrabalera de Froilán “Tuto” Cufré, quien desde 1913, emprendía su arte con la armonía del violín. En ese cruce de artistas que encaraba el Teatro Escayola, se posiciona fuertemente en el medio, durante las décadas del veinte y treinta, la orquesta “Los Dandys del Día” dirigida por Cufré, este modesto violinista de gran calidad y creatividad.
Lógicamente, otros factores habrán influenciado en este desarrollo cultural. La ubicación de nuestra ciudad a 400km de Montevideo, lejos de las fronteras, también obligaba a sus vecinos a buscar sus caminos y esforzarse para lograr objetivos mediante andariveles propios y particulares.
(*) Parte de la charla del Dr. Carlos Arezo Posada, ofrecida como invitado especial el pasado 4 de Octubre de 2013, en el Plenario de la Junta Departamental de Tacuarembó con motivo del homenaje al tango en el Día del Patrimonio.
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