A 65 años de realizado, resulta impresionante la actualidad de este enfoque del maestro Julio Castro que presentamos a continuación; y mientras la prensa y operadores políticos y educativos se preocupan por los datos de la repetición y el fracaso liceal, deberíamos centrarnos en lo que significa la incapacidad por resolver algo que muy claramente ha estado presente como primer factor durante todos estos años: «el puente roto» entre primaria y secundaria. No es posible pensar en resultados, en el sentido cuantitativo, cuando seguimos con una estructura institucional vieja y quebrada, y que «le exige al alumno que salte de una estructura a otra, quedando librado a sí mismo, ya que ni las instituciones, ni los maestros, ni los profesores, salvan las diferencias existentes, ni las inexistentes relaciones entre programas y fines educativos…»
Coordinación entre primaria y secundaria – (Julio Castro, 1949) – “La unidad del proceso educativo la da el educando y no las instituciones o los programas (…) Los niños no se hicieron para la escuela o el liceo. Liceos y escuelas se hicieron para los niños” (…) “el alumno, en todo su proceso educativo, es una continuidad que avanza desde la clase jardinera hasta el fin del liceo. Este proceso sin embargo, está hoy fraccionado como si fuera dos trozos de carretera unidos por un puente roto” .
Los programas: Relación Primaria / Secundaria – A) Ausencia de coordinaciones. B) Planes distintos. C) Distintos principios. D) Distintas finalidades. E) Diferentes técnicas. F) Diferentes ambientes. G) Diferentes modos de vida. H) Inadecuación entre lo que el niño sabe y lo que se le exige
“En la escuela se tiende a despejar situaciones de orden práctico; en el liceo se especula en torno al conocimiento teórico”
Primaria – Convivencia más permanente, no limitada por reloj. Proceso unitario con la presencia del maestro, coordinación de sus adquisiciones intelectuales.
Secundaria – Convivencia fugaz, limitada por “la tiranía del reloj”. Proceso fragmentado. Diferentes profesores, técnicas y modos de ser.
“¡Y después todavía hacemos reflexiones para saber por qué fracasan los alumnos de primer año de liceo; por qué son díscolos e indisciplinados; por qué pegan chicles en los asientos; por qué hacen la vida imposible a los profesores!”
«Los fracasos en el tránsito de primaria a secundaria, son, no sólo lógicos sino inevitables dentro de la inconexión actual de ambas enseñanzas; que en estas condiciones, los resultados no pueden ser otros»
«… no hemos sido capaces de concebir una organización adecuada al desenvolvimiento de los alumnos, mientras exigimos todavía que los alumnos violenten su proceso formativo para ajustarse a nuestras inadecuadas instituciones»
Posibles soluciones – 1) Revisión de los programas y planes de estudios por una Comisión mixta de maestros y profesores con el fin de “ensamblar y coordinar las enseñanzas escolar y liceal (especialmente en 5º y 6º años escolares y 1º y 2º liceales)”. 2) Modificar el sistema de maestro único en 6º año escolar y el de múltiples profesores (uno para cada materia) en 1º y 2º liceales. 3) Mayor coherencia orgánica entre los distintos organismos que dirigen la enseñanza (lo cual requeriría una intervención legislativa).
Nuestra visión actual – Esta especial visión del maestro Julio Castro sobre el fracaso de nuestros liceales se ha ido agravando en nuestro país, teniendo muchos elementos claves que se han ido conjuntando y desarrollando para hacer cada vez más compleja esta situación, y cada uno de ellos tiene aspectos a ser neutralizados para lograr revertir la situación actual: I) El alejamiento cada vez mas de los intereses de los alumnos, en un mundo que se basa en el consumo, y en lo visual, con en el desarrollo de tecnología cada vez más efímera y adictiva, que ha cambiado incluso las relaciones interpersonales, y los intereses y objetivos de vida de la mayor parte de la población.
II) El deterioro de la formación docente; no teniendo en cuenta la vocación, ni la dedicación a una tarea de enorme responsabilidad social. III) Los salarios insuficientes de docentes y no docentes; y los horarios cada vez más largos, y los doble turnos, como forma de aumentarse el sueldo, pero bajando la calidad de su trabajo. IV) Con el proceso sostenido de inserción social, tratando de quebrar la indigencia y la pobreza extrema a través de la educación, porque aparece el llamado: “pase social” en un intento bien intencionado de integración social, pero que en primaria ha sido muy mal manejado, a nivel de las inspecciones, y también de muchas direcciones y maestros de todo el país; y si teníamos un “puente roto” entre primaria y secundaria en el análisis anterior ahora tenemos un abismo, porque con las diferencias existentes entre el sub sistema primaria y el subsistema secundaria, y además ahora un grueso número de alumnos que llegan a secundaria no saben leer, ni escribir, y no resuelven operaciones básicas, los resultados no tienen todavía de la gravedad que debían tener.
V) Con este desajuste primaria-secundaria, y para que no sean tan graves los indicadores, secundaria se ha vuelto extremadamente permisiva en su ciclo básico, como por ejemplo en la tolerancia lamentable de las faltas de los alumnos, o en bajar cada vez más las exigencias para pasar de grado. VI) Una enorme cantidad de programas y proyectos “parches” que se han superpuesto desde hace muchísimos años, que aparecen y desaparecen sin ser evaluados seriamente, y que significan una enorme cantidad de dinero invertido y perdido, que podrían y pueden ir a lo más importante del proceso: la infraestructura necesaria, y los salarios básicos de los docentes.
VII) La insuficiente dotación y acción de las inspecciones en educación secundaria, que deberían cumplir un rol orientador y de seguimiento continuo de la tarea docente, para el logro de los objetivos planteados, y que no cumplen este rol por la cantidad de docentes asignados, por las distancias, e incluso hasta por los rubros necesarios, lo cual sin duda deja al docente librado solamente a su criterio, y sin la fundamental orientación. VIII) Los “macro” liceos, y las dificultades de generar un proyecto de centro en los mismos, y las dificultades del liderazgo pedagógico de los equipos de dirección, en enseñanza secundaria.
PROPUESTA – Respecto a cada punto detallaremos propuestas en un capítulo aparte.
La reforma “Rama” – Un aspecto muy importante a analizar también es la llamada “reforma Rama”, que intentó desarrollar varias de las propuestas de los estudiosos de la educación de nuestro país, como Julio Castro, e incluso de los gremios, como las escuelas de tiempo completo, o las áreas en secundaria, la extensión de los horarios, etc. ; pero lamentablemente generaron el rechazo de docentes y opinión pública por el tremendo grado de soberbia de su impulsor, y no pudieron trascender en el tiempo por estar asociadas a su figura.
PROPUESTA – Todas estas propuestas y elementos deberían volver a ser analizados en forma objetiva, sin que pese la personalidad de Rama, porque en el momento de su inicio generaron unanimidades, y mucha expectativa, y tienen mucho fundamento pedagógico y técnico, que llevan a querer establecer los necesarios puentes entre primaria y secundaria.
Programa tránsito educativo:
¿Cómo funciona? – Se divide en tres fases o momentos clave para los adolescentes: el segundo semestre de 6º de escuela, el verano y el primer semestre de Educación Media Básica. En las tres fases interviene un equipo de maestros comunitarios (de Primaria) y profesores comunitarios (de UTU y Secundaria).
Porque crecer es cambiar, y cambiar a veces es difícil, tanto para el adolescente como para su familia.
¿Quiénes pueden acceder? – Está dirigido a toda la población de 6° año escolar de 125 escuelas del país, distribuidas en 25 localizaciones diferentes. Todos los departamentos tienen al menos una experiencia de Tránsito Educativo. Esto abarca un total de 6.250 adolescentes, de los cuales 1.250 continúan la experiencia durante el verano. Se trata de aquellos estudiantes con mayor riesgo de no continuar sus estudios.
Comentario – Compartimos los fundamentos del programa, pero no ha tenido trascendencia, y su desarrollo no tiene la incidencia que debería, producto del escaso compromiso de los participantes, y de las instituciones. Debería ser extendido, con el compromiso necesario y la trascendencia que tiene para intentar atenuar el impacto del pasaje de primaria a secundaria, aunque la estructura debería complementarse de una manera más sólida y profunda en planes, programas y técnicas, y no sólo en base a un programa de este tipo.
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