-Volviendo a Uruguay menciona la necesidad de que exista un nuevo pacto fiscal. Dice que el gobierno y la sociedad deberían hacer un “mayor esfuerzo redistributivo”, que se debería analizar el perfil de impuestos y el origen del capital gravado. ¿Qué tipo de pacto sería?
–El pacto fiscal es en el fondo el gran compromiso del Estado con la sociedad, y creo que debe mejorarse. Implica captar recursos y aplicarlos a ciertos objetivos. Es el gran tema que tenemos por delante, por medio de la calidad de los impuestos, impuestos más progresivos, de modo que puedan captar el recurso de manera más inteligente para aplicarlo al mismo tiempo con eficiencia.
-Lo primero que prometen los políticos es que no van a subir los impuestos…
–Los impuestos nuestros son bastante más bajos que los europeos, así que algún día hay que pensar también en la suba de impuestos. Y eso no significa que los europeos se hayan empobrecido. Al contrario, han alcanzado ingresos de 40 mil, 50 mil dólares per cápita. El problema es cuándo poner los impuestos y que impuestos poner. En Francia la carga impositiva es el 55%. Acá estamos en el 30%. El tema impositivo está vinculado a la dinámica del crecimiento.
-¿Hay margen en Uruguay como para gravar un poco más al capital?
–Si Uruguay se pone en la senda del desarrollo, van a aparecer nuevas formas de imposición, que sean compatibles con esa forma de crecimiento. Yo creo que el tema impositivo forma parte de la ecuación del progreso de los pueblos.
De Semanario Brecha (4.9.2015)
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