Compartir y coexistir en internet fue el tema elegido por la Administración del Ciberespacio de China cuando en noviembre de 2014 organizó, en la ciudad de Wuzhen, en la provincia oriental de Zhejiang, la primera Conferencia Mundial de Internet.
Para los organizadores -que a partir de entonces la convocaron anualmente- y para el mismo presidente Xi Jinping, el gran objetivo era y sigue siendo “acelerar el desarrollo de la economía digital y promover el sistema de gobernanza global de internet para avanzar de forma justa y más razonable, con el fin de inyectar nuevo ímpetu a la economía mundial”.
Para sus detractores -como Amnistía Internacional-, que el organizador de la cumbre del ciberespacio fuera la República Popular (uno de los países con menos libertad de expresión del mundo según Reporteros sin Fronteras) era un intento de “promover unas normas cibernéticas globales”, lo cual, según la ONG internacional, suponía un “ataque permanente” a la libertad de internet.
La semana pasada, convocados esta vez bajo el lema de “crear un mundo digital con confianza mutua y gobernanza conjunta”, 1.500 delegados, más de 430 empresas e instituciones nacionales y extranjeras de 76 países, expusieron las últimas tendencias en internet y las más innovadoras tecnologías, productos y aplicaciones, en la V Conferencia Mundial de Internet o Summit de Wuzhen.
“El mundo está experimentando una revolución científica y tecnológica y una transformación industrial más amplia y profunda”, expresó Xi Jinping en su mensaje inaugural, que fue leído por Huang Kunming, miembro del Buró Político del Comité Central y jefe del Departamento de Publicidad del Partido Comunista.
“A pesar de las condiciones diferentes y los diversos retos a que se enfrentan, los países del mundo comparten la necesidad de promover la economía digital, el interés en enfrentar los desafíos a la ciberseguridad y la demanda de una mejor gobernanza del ciberespacio”, agregó el presidente en su misiva.
La segunda economía del mundo, la primera potencia comercial del planeta (con 3 billones de dólares el año pasado según el Banco Mundial) se autoimpuso, con el plan Made in China 2025, convertirse en la gran superpotencia de las nuevas tecnologías, y el Davos de la economía digital -como también se la conoce a la conferencia por su poder de convocatoria, representatividad y calidad de sus participantes- es el gran momento elegido por el gigante asiático para exhibir todos los años sus progresos en industrias claves como la robótica, tecnología informática, biotecnología, internet de las cosas y, fundamentalmente, inteligencia artificial (IA).
Según el ministro de Ciencia y Tecnología, Wan Gang, China ya se encuentra entre los países más innovadores y va en camino de ser “ la gran potencia tecnológica para 2050”.
Para ello su país cuenta con una masa crítica de 1.400 millones de habitantes y una economía de escala, que son un estímulo excepcional para desarrollar tecnologías como la IA, y para cuyo desarrollo, el año pasado, destinó casi 300.000 millones de dólares a investigación, casi el doble si se compara con la cifra de 2010.
Por su parte, China también es el país con más estudiantes fuera de sus fronteras. En los últimos 40 años -desde que comenzara su proceso de reforma y apertura-, más de 5 millones de chinos han estudiado en el extranjero, de los cuales 85% ha regresado con un título universitario o una maestría científica.
Ocho millones de estudiantes chinos se gradúan anualmente en las universidades del país -el doble que en Estados Unidos-, y según The Economist Intelligence Unit, China liderará el mundo en número de graduados en estudios STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés).
La fecha prefijada por Beijing para la conquista de la cima del mundo de la tecnología es 2050, pero hoy ya es líder indiscutido en muchos sectores, desmintiendo las teorías que señalan que las economías con sistemas políticos autoritarios son un límite para la innovación.
Según un estudio de la consultoría iResearch, los pagos electrónicos por teléfonos inteligentes alcanzaron 5,5 billones de dólares en 2016, unas 50 veces más que el mercado estadounidense de 112.000 millones en ese mismo año.
Otro tanto ocurre con los vehículos eléctricos; China ya representa más de la mitad de las ventas globales, con 847.000 unidades vendidas el año pasado, o la tecnología ferroviaria, cuya red de alta velocidad supera la suma del total de redes del resto del mundo. Lo mismo sucede con los vehículos autónomos que, en via experimental, ya circulan en algunas zonas de Beijing y Shanghái. El Ministerio de Transporte estima que serán más de 30 millones los automóviles sin conductor en los próximos diez años.
Durante los tres días de la conferencia se expusieron las más variadas tecnologías, desde tesoros arqueológicos digitalizados a través de un sistema de visualización en 3d, un sistema de reconocimiento facial para efectuar pagos electrónicos, videocámaras microscópicas quirúrgicas de alta definición en 3d, hasta imágenes de tecnología 5G para teléfonos inteligentes.
Pero sin duda la atención de los visitantes fue Él (con mayúscula), un informativista virtual que a partir de ahora se incorpora al plantel de presentadores de Xinhua, la agencia estatal de noticias.
“Hola a todos. Soy un presentador en inglés hecho con IA. Es mi primer día en la agencia de noticias Xinhua. Mi voz y mi aspecto se basan en Zhang Zhao. El desarrollo del sector de los medios hace necesaria una innovación continua y una integración profunda con las tecnologías avanzadas internacionales”, anuncia el sosias virtual de Zhao.
“Trabajaré sin descanso para mantenerles informados, ya que se irán introduciendo textos en mi sistema sin interrupción. Tengo muchas ganas de traerles las nuevas experiencias de noticias”, agregaba, comentando las últimas noticias de la gigantesca Primera Feria Mundial de Importaciones que en esos mismos días el gobierno organizó en Shanghái (y donde tuvo destacada participación Uruguay XXI y, en particular, nuestro canciller Nin Novoa).
El periodista cibernético, un emprendimiento conjunto entre Xinhua y el buscador de internet Sogou, es el resultado de combinar programas de reconocimiento y reproducción de expresión facial, imágenes de los padres del presentador “clonado”, sintetizador de voz, traductor automático, lectura de labios e incluso un reproductor de emociones y sentimientos “humanos”.
Según reporta el diario China Daily, para Wang Xiaochuan, fundador y director general de Sogou, “a nivel científico básico, todavía hay una brecha entre China y Estados Unidos. Mientras que en el nivel de aplicación, China es capaz de convertirse en el principal experimento del mundo de la IA”. Actualmente son más de 4.500 las empresas que en China están desarrollando distintas técnicas de IA.
“Vivimos la era de los milagros”, subrayó Wang, anticipando que, en futuro cercano, podrán ser también virtuales los profesores, funcionarios administrativos e incluso los médicos.
Lo cierto es que el avatar chino es la expresión de dos grandes revoluciones. Por un lado las tecnologías informáticas, con un poder de elaboración de datos jamás conocido y, por otro, la revolución de las tecnologías biológicas capaces de descifrar el funcionamiento del cerebro, sentimientos y emociones.
La combinación entre ambas comienza a producir algoritmos que cambiarán la esencia misma de la naturaleza humana. Quizás el “milagro” de la nueva era sea el pasaje de la vida orgánica a la vida inorgánica bajo la forma de IA. Si así fuera, sería el milagro mayúsculo de los últimos dos millones de años.
(*) Extraído de: carasycaretas.com.uy
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