CHILE / Por Jorge Majfud (*)

En Chile “la educación es `un bien de consumo´, no un derecho”.

El neoliberalismo ha hecho estragos en muchos países alrededor del mundo. Ha quebrado a casi todos. Incluso en aquellos pocos ejemplos publicitados, como Chile, el supuesto éxito, no fue posible sin inundaciones de dólares y propaganda estadounidense a partir de 1973 para apoyar no solo una dictadura de corte nazi que le era conveniente a los ricos criollos y a las poderosos transnacionales, sino para tener un ejemplo positivo que mostrar al mundo y a América Latina en particular (los bloqueos y las demonizaciones quedaron reservados a todos aquellos que se atrevieron a decir no o probar un camino diferente).

Pese a todo, los supuestos logros de la economía chilena no se reflejan en un milagro social, sino todo lo contrario. La educación es “un bien de consumo”, no un derecho, y para eso, como en Estados Unidos, los jóvenes deben endeudarse de forma que sólo los ricos se gradúan listos para la “libre competencia” y el resto dedica media vida a pagar sus deudas.

Cuando lo logra, ya se han especializado en pensar sólo en el dinero, no en su vocación, y no saben hacer otra cosa que más dinero, lo cual, claro, es una bendición para la economía y para la industria de las drogas.

Lo mismo, el modelito de inversión chileno de las jubilaciones privadas. El fracaso del modelo de jubilaciones neoliberal en Uruguay (afortunadamente, la opción estatal siempre fue la preferida) fue recientemente salvado por el Estado, como siempre.

En 2018, la mitad de los afiliados a las AFAP creadas durante los años 90s, se pasaron al sistema estatal porque los privados le estaban retornando mucho menos dinero del calculado y del prometido. Promesas de vendedores.

El Estado es ineficiente hasta que cunde el pánico. Porque el capitalismo neoliberal tiene esa eterna ventaja: cuando acierta, se lleva todo; cuando pierde, el maldito Estado lo salva, empezando por los de arriba para que algo gotee a los de abajo. Con una diferencia: en Uruguay ocurrió al revés, cosa rara en el mundo, porque los salvavidas fueron para los de abajo. Solución batllista artiguista.

En otros casos diferentes al “éxito del neoliberalismo chileno”, donde siempre se aplaude al principio y se niega tres veces al final, la misma ideología, los mismos créditos y las mismas adulaciones descendieron en muchos otros países del continente sin siquiera llegar a mejorar el PIB nacional sino todo lo contrario: la Argentina de Martínez de Hoz, la de Menem y Cavallo, la de Mauricio Macri; la Bolivia de Víctor Paz Estenssoro; el Uruguay de Luis Alberto Lacalle; el Ecuador de Febres Cordero; la Venezuela de Andrés Pérez; el México de Miguel de la Madrid, el de Carlos Salinas de Gortari y el de Ernesto Zedillo, etc.

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(*) Jorge Majfud Albernaz, nació en Tacuarembó (Uruguay) el 10 de setiembre de 1969. Se graduó en Arquitectura en la Universidad de la República de Uruguay, y se doctoró en Literatura Hispánica en la Universidad de Georgia en Estados Unidos. Desde el año 2003 reside en Estados Unidos donde es profesor de Literatura latinoamericana y Estudios Internacionales en Jacksonville University.

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