Un boliche como hay tantos… Una mesa como hay muchas…

Entrevista de Gabriel Núñez Rótulo al “Toto” Latorre. (1988) (*)

Hace algunos años escribí para la revista de canto popular montevideana “Nueva Viola” una nota respecto de éste tema que hoy nuevamente me ocupa. Ha pedido de Gustavo, y refrescando memorias, fuimos al encuentro del último reducto bohemio de Tacuarembó.

“Nació esta polca bien tocada / con aires del norte y en un guitarrón / nació en homenaje a un boliche viejo / donde aún se canta con el corazón…”

– ¿Cuándo comenzó la historia de este boliche don Toto”

En el año 1964

– ¿Y este clima de música y poesía popular a que se debe?

Que en aquel tiempo un vecino, Aladino Viana, era cliente y guitarrero, ahí empezó todo.

– ¿Pero usted ya era músico?

Si hacía ya tiempo que con Juan Ángel Mundo “el Curita” andábamos guitarreando por ahí, y fuimos nosotros los primeros guitarristas que tuvo Olga del Grossi.

“…en rueda de amigos va polqueando Toto / no es el propietario sino el anfitrión / un criollo nuestro que sirve las copas / entre tangos y polca, guitarra y canción…”

Le pregunto sobre sus composiciones y recurre a una carpeta tan repleta como desordenada: “El dedaso”, “Rumbeando pa´l Quiebrayugos”, y “Las tortas fritas” son las polcas; “Evocación campera”, “Blandengues de Artigas y “Divina noche” son los valses; “Soñé con mi barrio” tango; “Nostalgias de la barra” milonga; “Ruego criollo” zamba y “Negrita Luz” candombe… hay más y aunque no están en esta carpeta y en este momento de su memoria, andan vivas latiendo en “doblehileras”, bandoneones y guitarras.

“…métales a las cuerdas don Toto Latorre / déle aunque los dedos ya no puedan más / vamos que en la polca usted sabe y pico / el que se florece es Abayubá…”

– ¿Quiénes son los músicos que siguen viniendo en forma constante por acá?

Los que siempre vienen son: Juan Rodríguez Sosa, Domingo Pietrafesa, Abayubá Rodríguez, Octavio González y el “flaco” Ferreira.

Llega un cliente ocasional y mientras Toto lo atiende recuerdo como llegué hace años a esta esquina. Estaba terminando un espacio que dirigía en Radio Zorrilla y llega a saludarme Eustaquio Sosa quien me invita a tomar “una” en el “mejor boliche del norte”, ese fue el primer encuentro. Luego allí hicimos los arreglos y los ensayos con Abayubá para el disco “Derrochando Coplas”. Y con el tiempo he ido arrimando amigos que llegan de visita por estos pagos: Santiago Chalar, Lucio Muniz, Julio Víctor y Humberto (Los Zucará), entre otros.

Vuelve a la mesa, seguimos charlando de sus cosas, nos cuenta de su admiración por Wenceslao Varela, se ríe recordando una conversación de Los Zucará, y admirado me dice – ¿cómo tomaba vino Chalar aquella noche? –

“…sírvame una grappa,  tóquese El Dedaso / no se queda ahora que lo quiero ver / con esa sencilla profunda tibieza / del cantor de pueblo que anida en usted”.

Lo del título de esta nota es mentiroso. Esa letra de tango no cabe aquí porque como este boliche ya no quedan tantos y como esta mesa ya no quedan muchas.

Y está a tiempo de venir y conocerlo ahora y aquí, deje un día aunque más no sea los enlatados gringos de la tele y escuche una canción, tómese un vino de la sexta, pero por sobre todas las cosas tenga la suerte de conocer y disfrutar un ser humano excepcional de los que como el boliche y las mesas no quedan muchos.

(*) Entrevista de Gabriel Núñez Rótulo (Semanario “Apertura”  Nº15 – Viernes 12 de febrero de 1988).

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Dinarte Latorre Pintado “El Toto”, falleció un 1º de octubre de 2009 a la edad de 83 años.

Foto: Festejo de los 80 años del Toto en Club Viajante (23.10.2006)

 

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