Recientemente se presentó en Montevideo el libro “Ciro Ferreira, un aliado de la vida”. El evento se llevó a cabo en la sala de lectura de la biblioteca de la Facultad de Medicina, que en la ocasión colmó su capacidad. A la cita concurrieron destacadas personalidades de la salud, como los médicos Álvaro Villar, director del Hospital de Clínicas, o el gastroenterólogo Henry Cohen, quien durante la pandemia integrara el Grupo Asesor Científico Honorario. También acudieron varios funcionarios, como el presidente de ASSE, Leonardo Cipriani.
La oratoria fue iniciada por el médico e investigador Antonio Turnes, autor del prólogo de la obra. El facultativo subrayó que el texto en cuestión “no es estrictamente una biografía, sino el testimonio de la vida de un médico y de su pueblo, en mitad del pago más grande de la patria: Tacuarembó”.
Durante su alocución, esbozó una retrospectiva de la vida de Ferreira y su familia, y recordó que el actual director del Hospital de Tacuarembó es tercera generación en un linaje de médicos, “todos dedicados a la salud en Tacuarembó y el norte del país”.
En cuanto a su gestión al frente del nosocomio, iniciada en 1992, destacó que “lo transformó de un hospital modesto, casi primitivo, en uno moderno y polifuncional, considerado como el mejor del interior y entre los más calificados de todo el país”. Remarcó que es “sin duda la estrella de los hospitales públicos del interior”, lugar donde “se formaron muchas generaciones de residentes”. Sobre esto último puso como ejemplo al ya mencionado Álvaro Villar, quien “hizo allí la residencia en neurocirugía”.
Según Turnes, el papel del hospital tacuaremboense ha sido de gran incidencia, al punto de que “se dice que le ha dado vuelta a la ruta 5”, dado que esa carretera solía utilizarse para traslados sanitarios hacia el sur, rumbo a Montevideo, y no en sentido inverso. En los últimos años, los servicios que sumó el hospital hicieron que esa senda se revirtiera en numerosas ocasiones.
Bajo la gestión de Ferreira, iniciada en 1992, el hospital incorporó un moderno Centro de Neurocirugía, que lo convirtió en centro de referencia en el norte del país y pionero en la práctica de trombectomía mecánica en la salud pública. En sus instalaciones se logró salvar la vida o la movilidad de pacientes del interior a los que un traslado a Montevideo les habría implicado perder su ventana de oportunidad.
Este año, el hospital dirigido por Ferreira sumó un nuevo avance tecnológico: un sistema de drones para el transporte de leche humana, sangre y fármacos, que conecta con rapidez y seguridad al sanatorio con policlínicas del medio rural.
“Al final del camino, y cuando ya por su edad dejará esa responsabilidad que ha ejercido con maestría por más de tres décadas, Ciro Ferreira viene a ofrecer esta obra en esta casa, que en su tiempo le entregó herramientas y ética, tal como lo hiciera antes con sus ancestros”, concluyó.
Posteriormente hizo uso de la palabra el periodista Mauricio Cavallo, autor del libro, quien contó cómo surgió la idea de la obra y la resistencia inicial que encontró en su biografiado.
“En abril le propuse a Ciro la posibilidad de escribir un libro sobre su vida y trayectoria, algo a lo que desde el primer momento se negó debido a su modestia”, recordó.
“Yo insistí, y en conversaciones posteriores le comenté que, en mi opinión, era de suma importancia escribir un libro sobre su vida, y le dije que escribir es para mí una operación de rescate de la memoria. Creo que la palabra ‘operación’ fue la que me abrió las puertas para obtener una respuesta positiva”, refirió con humor.
En cuanto al libro en cuestión, detalló que además de recoger la labor de Ferreira como médico y funcionario, que son sus aspectos más conocidos, también bucea en el hombre por detrás del profesional.
“Está su infancia en su querido Tacuarembó”, y se detiene especialmente en “su vinculación al movimiento artístico conocido como Grupo de Tacuarembó, al que pertenecieron artistas como Washington Benavides, Eduardo Darnauchans, Eduardo Larbanois, por nombrar solo algunos”.
En ese sentido, el libro da cuenta del “gusto refinado por la plástica y la fotografía” que posee el protagonista, quien en su momento fuera una suerte de fotógrafo oficioso de la movida cultural tacuaremboense.
Además, explicó que para reconstruir la poliédrica vida de Ferreira entrevistó a decenas de personas, “amigos, familiares, pacientes”, que aportaron diferentes visiones sobre el galeno.
Finalmente, fue el propio Ciro Ferreira quien se dirigió al auditorio, al que dedicó un breve discurso compuesto casi exclusivamente en agradecimientos: a la Facultad de Medicina, a sus compañeros de trabajo y a todos quienes lo acompañaron en su larga carrera profesional.
Sobre su labor como funcionario, reconoció que no era algo que estuviera en sus planes. “Lo agarré de rebote, porque nunca pensé que iba a andar por estos caminos de administrar un hospital, pero es algo que también tiene mucho de quirúrgico, y en una parte del libro cuento eso”, adelantó el cirujano.
Luego dio la razón al autor de la obra y admitió que se había negado en un principio, y que posteriormente accedió bajo la condición de que el libro tuviera como cometido principal “transmitir a las nuevas generaciones cómo se ha logrado desarrollar y concretar un proyecto que se ha mantenido en el tiempo, en un hospital público del interior, y muchas veces con escasos recursos”.
“Mucha gente quiere saber cuál es la recta del Hospital de Tacuarembó, y eso no existe”, sostuvo. Sin embargo, reveló algunos “ingredientes” de esa inexistente fórmula: “Un trabajo en equipo, muy sacrificado, de gran dedicación y poca retribución”.
Finalmente, recordó a los médicos de generaciones anteriores. “Nos precedieron en nuestra comarca e hicieron muchísimo por la salud de sus semejantes, con pocos recursos tecnológicos, pero con gran sabiduría, humildad y con total desinterés”.
Como ejemplo cabal de lo antedicho, citó versos de la canción “Pago”, que el cantautor tacuaremboense Eduardo Darnauchans dedicara a su padre, Pedro Darnauchans Brum, “un médico pediatra que falleció de un infarto agudo de miocardio en una sala de nuestro hospital, atendiendo niños, y cuando todavía no teníamos este gran centro vascular, extensión del Hospital de Clínicas y por el cual luchamos por más de quince años”.
“Yo sé que andás, manejador / Volando por caminos vecinales / En una media esfera blanca / Volkswagen 1963 / No vas por un negocio, va un viejo estetoscopio / Auscultar, auscultar, auscultar”, recitó conmovido y ante el cerrado aplauso de todos los presentes.
Todo lo recaudado por la venta de “Ciro Ferreira, un aliado de la vida” se destinará al Centro Oncológico del Norte, que funciona en el Hospital de Tacuarembó.
El libro estará próximamente a la venta en Montevideo. De momento, la mejor forma de adquirirlo es comunicarse con el hospital, a través del teléfono 4632 4889 o el celular 096 574 229
- Fuente: Montevideo Portal
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