El escritor y artista plástico tacuaremboense vuelve a colaborar con Estuario en la colección Discos, esta vez sobre Artaud, de Luis Alberto Spinetta. El mítico disco de Pescado Rabioso se llama Artaud por el poeta y novelista francés Antoine Marie Joseph Artaud. Pero Vincent Van Gogh también estuvo presente. La vida y obra del pintor neerlandés fue fundamental en la concepción del disco.
Este es uno de los temas latentes en Artaud (2023). Fidel Sclavo, fanático del disco, expone una mirada menos periodística que en Zurcidor (2021), su primera colaboración con Estuario, sobre el disco homónimo de Eduardo Darnauchans.
Intuiciones, hallazgos poéticos y un análisis que incluye comentarios sagaces sobre las canciones que integran el disco. Para Sclavo, Artaud es una creación de Luis Alberto Spinetta.
Además de sus colaboraciones a la colección Discos de Estuario, Fidel Sclavo tiene una trayectoria en narrativa, con títulos como «Yo soy el que no está» y «El elefante y la hormiga». Además, es autor de diversos libros ilustrados como Los amigos imaginarios, ganador del Premio Bartolomé Hidalgo, Lo que vive en ti, Todos queremos a alguien y Arriba/Abajo, entre otros.
El escritor, artista plástico y diseñador gráfico reside hace más de quince años en Buenos Aires.
¿Preferirías viajar al futuro o al pasado?
A tres o cuatro momentos de mi pasado personal. En algún caso para hacer exactamente lo mismo y, en otros, para lo contrario.
Si pudieras ser un personaje de tu libro, ¿cuál serías?
Una pared del dormitorio en la calle Arribeños en Buenos Aires, donde Luis Alberto Spinetta compuso la mayor parte de Artaud.
Si pudieras cambiar el final de cualquier libro famoso, ¿cuál elegirías y cómo sería el nuevo final?
El veneno de Romeo sería apenas un placebo, y la daga carecería de filo, sin poder lastimar a Julieta.
¿Cuál es tu técnica más extraña o inusual para superar el bloqueo de escritor?
– Escribir como quien escribe una carta.
¿Qué cinco cosas guardarías en una cápsula del tiempo?
El White Album de los Beatles; Hejira de Joni Mitchell; Blonde on Blonde (1966), de Bob Dylan; Tapestry (1971), de Carole King y Artaud (1973), de Luis Alberto Spinetta alias Pescado Rabioso.
Tu autobiografía en una frase.
– Yo soy el que no está.
Contanos qué estás leyendo ahora.
La correspondencia entre Elizabeth Bishop y Robert Lowell.
Si pudieras tener una conversación de una hora con cualquier escritor famoso, pero después nunca más podrías leer ninguna de sus obras, ¿a quién elegirías para tener esa conversación?
No aceptaría ese reto.
Si tus libros fueran adaptados al cine, ¿quién te gustaría que interpretara al personaje principal?
Lassie.
El primer verso que te viene a la mente.
«Haré un verso sobre la pura nada», de Guillermo de Aquitania.
¿Para qué literatura en el tiempo del desamparo?
Para acompañarse.
Lo último que comiste va a ser el menú para toda tu vida, ¿qué es?
– Un chocolate.
Contanos sobre esa vez que un lector te reconoció en la vía pública.
Se confundió de persona.
Tu idea de felicidad y tu idea de miseria.
Las manos tibias sobre la taza de té una tarde gris de frío y lluvia. El calor inaudito.
Si pudieras invitar a tres personajes literarios a cenar, ¿quiénes serían y por qué?
Rodión Raskólnikov, Jane Eyre y Lady Chatterley. Para calibrar intensidades de lo íntimo.
¿Por qué Artaud?
Por tratar de explicar lo inexplicable.
¿Cuánto tiempo te llevó escribir este libro, desde la concepción de la idea hasta la publicación final?
Digamos que un año. Aunque vengo escuchando el disco hace cincuenta.
Contanos sobre una lectura que haya tenido un impacto significativo en tu vida. ¿Qué libro fue y por qué fue tan importante para vos?
La larga entrevista de varios días de Francois Truffaut a Alfred Hitchcock, El cine según Hitchcock. Teníamos que hacer tiempo entre un ómnibus y otro, para ir a visitar a mi padre al penal de Libertad. Había una librería, mi madre me dijo, «elegí un libro que te lo compro», y me llevó a otro mundo.
Imaginá que tenés la oportunidad de escribir una secuela para cualquier libro clásico. ¿Cuál libro elegirías continuar y qué dirección tomaría la historia en tu secuela?
Un último volumen de la saga de Arthur Conan Doyle, donde Sherlock Holmes cae en absoluta tristeza al darse cuenta que todos sus hallazgos han sido equivocados, pues el verdadero asesino en cada caso era Watson, que por tenerlo siempre al lado jamás lo vio ni se dio cuenta.
Si tuvieras que describir tu libro en una sola frase, ¿cómo la formularías?
Una excusa para acercarse al misterio que, por suerte, siempre resulta en vano.
Si pudieras vivir en el mundo de cualquier libro, ¿cuál elegirías y por qué?
El de Ricitos de oro y los tres osos. Quizá, porque era el libro que quería de niño y mi padre me dio a cambio una antología de ciencia ficción rusa, sin ilustraciones, cuyo tema recurrente era la soledad y angustia de los astronautas perdidos en el cosmos.
¿Qué consejo o frase inspiradora le darías a otros escritores que están buscando su voz y estilo literario?
No tengo idea. Podría citar aquella manida frase: «no crezcas, es una trampa». O el consejo del padre a Raymond Carver: «escribí de cuando íbamos a pescar vos y yo… escribí de lo que sabés o has vivido, pues allí habrá verdad».
**************************
Fragmento de Artaud:
Verde. Como el trigo verde y la albahaca. Como el orégano y el romero. Las hojas de hierba de Walt Whitman. La lechuga, el repollo, la rúcula y la radicheta. La clorofila. La sandía por fuera. El zapallo por fuera. El kiwi por dentro. La palta por dentro. La esmeralda. El jade. El alma de diamante. El perejil. La esperanza. El musgo. El liquen. Los helechos. Hulk. Las hojas del árbol. Las plantas en general. El buzo de lana verde. La menta. El helado de menta. La manzana Granny Smith. El centro de los discos de los Beatles cuando Apple era el sello beatle y no la imagen posterior de Macintosh.
La yerba del mate. El monstruo de un ojo solo en Monster Inc. La lima. El moho. Ciertos enjuagues bucales. Los caramelos de manzana. El color del medio en el arco iris. El traje del Acertijo, uno de los enemigos de Batman. El anillo de Linterna Verde. La botella de vino cuando ya no hay más vino. Una cancha de fútbol. Algunas puertas de garaje. Algunas puertas de edificios. Los contenedores de basura en la calle. Greenpeace. El uniforme militar. El dólar, que no es del todo verde pero le dicen. El catarro o los mocos cuando hay infección. El eucalipto. El wasabi. Ciertos dentífricos. Algunos cepillos de dientes. El lápiz de color verde. Los tanques de guerra. Las cotorras. Los loros. El color del agua del mar cuando está verde. Los ravioles o tallarines verdes. El agua estancada. Las tortugas ninja. La tortuga, a veces. La silla donde te dicen que esperes. Los logotipos y símbolos ecologistas. Los ojos de algunas personas. Los ojos de algunos gatos.
Algunos metales cuando se oxidan. Los monumentos descuidados. Los carteles con los nombres de las calles. Los carteles en las autopistas. Algunos carteles en otros lugares. Shrek. La sopa de calabacín. La acelga. Algunas camperas impermeables, o que parecen serlo. La mezcla de azul y amarillo en partes iguales. El aromatizador del auto con forma de pino. Sprite y Seven up. Las cajas de relojes o joyas. La mesa de billar. El pañuelo verde de las mujeres que salen a la calle a reclamar sus derechos. El plástico de la lámpara con base dorada. El sobretodo del portero. Algunos autos. La piel de cocodrilo. Las cosas cuando se ponen feas. Las cosas cuando no están maduras todavía. García cuando no lo dejan salir.
- Fuente: Montevideo Portal
*****************
Fidel Sclavo Fernández, nació en Tacuarembó el 18 de marzo de 1960. Hijo de Iris “Tito” Sclavo y Lidia Fernández. Es artista plástico, ilustrador y escritor. Estudió dibujo, pintura, grabado, arquitectura y Ciencias de la Comunicación en Montevideo, París y Nueva York.
Sé el primero en comentar