Por nuestros años mozos, Yupanqui y Falú eran los que mas sonaban; siempre me pareció la de Atahualpa una guitarra de fogón y la de Falú de salón, pero ambos con lo suyo arrimando sus sonidos, su poesía y sus sueños a la vida de los americanos del sur.
Don Eduardo, gran músico, le puso melodía a los versos de Jaime Dávalos, Manuel Castilla y Osiris Rodríguez Castillo entre otros.
Hablo desde mis recuerdos adolescentes cuando poníamos el “long play” en el “tocadiscos” y sonaba la guitarra que parecía un conjunto de cuerdas, poniéndole marco musical a su voz de timbre grave que derramaba ternura de tierra, luna y sol, amor y dolor sobre el alma de los que lo escuchábamos.
El viernes 9 de agosto de 2013 a los 90 años, detuvo sus manos sobre el encordado de su guitarra y le pidió un minuto de silencio al instrumento para anunciarnos que se marchaba, Don Eduardo Falú. Lo despedimos desde la nostalgia con el recuerdo del estribillo de su canción “Tonada del viejo amor”:
Herida la de tu boca
que lastima sin dolor
no tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol.
LUIS ANGEL INTHAMOUSSU
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