Una de las problemáticas mayores que presenta nuestro país en materia de consumo abusivo de drogas, es la referida al consumo de alcohol tanto en las poblaciones jóvenes como en las adultas. Este fenómeno social que atraviesa varias áreas de la vida familiar, vincular, educativa, laboral y productiva del individuo pretende ser regulado por el gobierno actual a través de normativas para controlar su consumo y venta. La posible Ley, cuyo proyecto se encuentra a estudio del Parlamento fue elaborado por expertos de la Junta Nacional de Drogas, entre otros organismos el Ejecutivo por lo que, conversamos con Julio Calzada, Secretario General de la Institución, para conocer la propuesta y sus detalles.
El mercado del alcohol en nuestro país está altamente regulado – a diferencia de lo que sucede con la marihuana – en cuanto a su producción, por ANCAP y por el INAVI; si se trata de bebidas “blancas”, whisky y vinos y de acuerdo a especialistas hay todo un proceso con logros muy importantes y cualquier sustancia alcohólica que tomemos en cualquier punto del país, más allá de los daños colaterales que presenta es una sustancia de una calidad óptima, por eso el planteo desde una posible regulación considerada “responsable” no aplica sobre su producción sino sobre la distribución, “allí se presentan dos tipos de problemas, por un lado el cambio del patrón de consumo de los últimos años y en él, la acentuación permanente del descenso de la edad de inicio, lo que tiene implicancias importantes en el desarrollo ulterior, y esto tiene que ver con el hecho de que la sociedad lo percibe como una sustancia inocua, por costumbres y comportamientos de nuestra gente y no se percibe sus riesgos de acuerdo al patrón de consumo que se tenga.
Entre los jóvenes por ejemplo es muy común consumir mucho en poco tiempo, por lo general durante el fin de semana lo que tiene costos sanitarios y en salud realmente importantes” explica Calzada la mirada del proyecto de ley que actualmente se encuentra a estudio de la Comisión de Adicciones de la Cámara de Diputados, y que fue enviado por el Poder Ejecutivo con el objetivo de regular la venta de alcohol y consumo en espacios públicos. “Es una regulación restrictiva y no dedicada expresamente a la prevención”, agrega el jerarca, sosteniendo que se centra en “marcar la cancha”, restringir los controles y concientizar a la población sobre las consecuencias del consumo problemático”. Entre los controles que plantea la medida está la prohibición de la difusión de promociones del tipo del 2×1, los happy hour, canilla libre o fiestas que inciten al consumo desmedido de alcohol, así como la publicidad de este tipo de bebidas en horario de protección al menor.
«Hay una visualización en la sociedad del alcohol como una sustancia inocua. No hay conciencia de los riesgos que tiene» Julio Calzada
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El alcohol, sus usos y los cambios culturales. El cambio cultural y de hábitos, es el principal pilar de la normativa que regulará el consumo de alcohol, impulsada por el gobierno. Se busca así, restringir al máximo la venta de este tipo de bebidas, con el objetivo de atacar principalmente a la población más joven, para disminuir el consumo y su disponibilidad en comercios, lo que, según estudios sociológicos favorece el consumo y su posible adicción, apuntando a un consumo responsable y limitado.
“Una cosa es tomar una copa en una reunión o un brindis, otra es tomar desmedidamente o mezclar buscando un efecto. Por eso con esta normativa se busca un cambio cultural en ese sentido” explicó el secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada, agregando “Hay un gran cambio en la culturalización, ahora en nuestro país se come asado con whisky, antes nunca visto”.
Otra gran dificultad que presenta el fenómeno en la actualidad es que los mecanismos de control se encuentran “desperdigados” en diferentes Ministerios; del Interior, de Salud Pública, de Industria, de Desarrollo Social y de esta manera “todos sabemos que no funciona correctamente; hemos sido críticos en ese punto, consientes de que deben fortalecerse” reconoce el jerarca las falencias del sistema. Desde la Junta Nacional de Drogas se quiere dejar en claro que la normativa que contó con varios especialistas para su redacción y estudio tiene una visión regulatoria y no de prohibición lisa y llanamente por considerar que las imposiciones de este tipo dan resultado para la globalidad; “así por ejemplo lo hemos planteado para el tabaco y son comprobables hoy los logros, o sea pretendemos un involucramiento del Estado en el mercado pero dejando al ciudadano la toma de decisiones contando con las informaciones al respecto” dijo Calzada.
De todas maneras se trata de una legislación restrictiva, en el sentido que se prohíbe la publicidad en horario de protección al menor, y todo tipo de eventos que fomentan el consumo de alcohol. “Queremos que no se haga propaganda de que la única forma de disfrutar de la fiesta es consumiendo alcohol”.
El Consumo y los Gobernantes. El proyecto también toca otras aristas aunque de manera sesgada y tímidamente y es el consumo abusivo entre las esferas de poder, considerando además clave que no se puede beber alcohol en los Consejos de Ministros, en el Parlamento, y en demás dependencias públicas para poder hablar y discutir el tema además con autoridad moral. “Eso está en el campo de las actitudes individuales; nosotros por ejemplo hacemos en la Junta brindis con refresco, con jugo de naranja porque creemos que en ese sentido debemos marcar una línea, de lo contrario perdemos coherencia” observa Calzada.
Sin embargo deja en claro que la vida privadas de las personas, ubicadas en cargos de poder o no es una cuestión individual y reservada. “Los uruguayos a diferencia de otros países de la región tenemos claro la separación de la vida privada y la pública. Igual hay cosas que se podrán hacer y otras que no en determinados lugares, por ejemplo no le hemos prohibido que fume al Ejecutivo o a los parlamentarios, pero si que no lo haga en lugares cerrados.
En materia educativa la regulación pone énfasis en los daños que ocasiona el consumo abusivo, y si bien el riesgo a terceros no es el mismo que el que provoca por ejemplo el tabaco, en determinadas condiciones como por ejemplo si manejamos alcoholizados puede llegar a ser mayormente pero y de acuerdo al jerarca esta es la gran discusión que debe darse la sociedad…” con altura, con el involucramiento con las universidades.
Asumiendo la banalización del uso, la baja claridad del riesgo, el poco control que hay sobre el consumo, ese es el campo de la política pública y bueno la sociedad evaluará”.
Uruguay en Cifras. En nuestro país el 20% de los consumidores de alcohol que inicia a los 12 años de edad, incluso antes de llegar a la Educación Secundaria (Ciclo Básico). Muchos lo hicieron por primera vez a los 8 o 10 años. Según un estudio de la JND, la posibilidad de que un joven utilice marihuana antes de los 18 años de edad es 4 veces mayor en aquellos que se iniciaron en el consumo de alcohol antes de los 15. En el 2006, 1 de cada 4 jóvenes tuvo episodios de intoxicación aguda en un lapso de 15 días (25% de la población joven). En el 2011 este guarismo subió a 1 de cada 3, representando el 33%. Los uruguayos más compran, un cambio en los últimos ocho años, tradicionalmente Uruguay fue un país vinero, pero en los últimos 8 años se ha producido un cambio en las preferencias de consumo. Uruguay además es más consumidor de whisky que los países eslavos en general, donde esta bebida siempre jugó un papel particular por las condiciones climáticas. En litros ahora la cerveza ha superado el consumo. En nuestro país se consume entre la población de 14 y 74 años de edad que corresponde a 1 millón, 700 mil uruguayos/as: 4 millones y medio de litros de whisky al año 100 millones de litros de cerveza 70 millones de litros de vino
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Por Bettina Silva Carneiro (bettinasilva13@hotmail.com)
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