Hablando de perros… – Todos saben que el perro es el animal más fiel e inteligente de todos los animales. Bueno no digo que todos. Conocí a uno de nombre “Carqueja”. Su amo salió una noche a cazar y lo llevó. Los bichos de luz estaban para la risa con el resplandor de la luna llena tan clara que se podía ver entre los pastos mojados por el rocío a los bichos colorados caminar. En una de esas el inteligente “Carqueja” vio pasar una mulita, y el amo, a su vez, también la vio. El perro la persiguió a una velocidad supersónica; la mulita al sentirse perdida entró en su “garaje” – digo, en su cueva. “Carqueja” también entró corriéndola, y su amo no entró, pero sí, esperó tres días y tres noches a su querido “Carqueja” que no salió, y en vista que no daba señales de vida, resolvió irse para su casa que quedaba una cinco leguas de allí. Luego de llegar, cansado y amargado por la pérdida del perro, se acostó, y en el momento de apagar el candil, miró para abajo del catre y vio a su perro que venía escupiendo tierra y en la boca traía la dichosa mulita, como diciendo a su amo: – acá tiene su encargue, disculpe la demora…
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Otra del mismo – Ese mismo perro, si sería inteligente, que una mañana su amo lo mandó que trajera unas ovejas que se habían extraviado en campo ajeno, que formaban un total de 50 ovejas, según su dueño. El famoso can las trajo a todas, como buen perro ovejero que era; pro cuando las metió en el corral, su dueño se puso a contar las ovejas y al notar que le faltaba una, le dijo al perro: – Amigo, parece que se le perdió una oveja; y el perro meneaba la cola, que estaban todas… pero su amo seguía insistiendo que no, que faltaba una, diciéndole al final: – vaya sabandija, búsquela…! El pobre “Carqueja” salió como perro, con la cola entre las patas, y toda la noche buscó a la oveja, pero fue en vano, no la halló.
Ya venía el claro del día cuando se levantó la peonada y lo primero que vieron fue al inteligente animal con una soga atada al cuello, colgado de un sauce, muerto para toda la vida…
Los peones corrieron y avisaron al patrón lo sucedido, y se amontó el gauchaje. Sólo se oía comentar: – ¿Quién lo mató? ¿Quién lo mató? ¿Quién fue?… Naides! –exclamó la voz ronca del patrón; aunque ustedes no lo crean, fue él mismo. Y coro de voces dejó oír: Cómo!; Sí, – exclamó otro, llamando la atención de todos, – el pobre animal al no encontrar la oveja que faltaba, de vergüenza, agarró la soga y se mató ahorcado… Y todos lo creyeron, porque lo decía nada menos que el comisario…
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Entre compadres – -Che compadre Remigio, dicen que tu hijo está jugando muy bien a la pelota? Contesta el otro: -Yo creo que sí, porque el otro día dicen que atajó un penal y ni siquiera pidió barrera…
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Alimento…! – Ese mismo jugador cayó lesionado y revolcándose por el suelo pedía: Alimento! Alimento!. Su director técnico va derecho a un pastelero y compra una docena de pasteles y se los da al jugador, el cual sigue gritando alimento! Alimento! Y un amigo le dice: Bueno ahí hay bastante para comer ¿qué querés? Y el jugador mirando el botiquín, le dice: – comida no, eso que está ahí. Y todos vieron que el futboler tenía razón en lo que pedía. No era alimento, lo que quería, era linimento…
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Dos comidas por día… – El comisario le pregunta a un preso que acaban de traerle: -Dígame, ¿en qué trabaja usted? El preso contesta: -no trabajo señor, pues me dan la Asignación. El comisario lo mira, sacudiendo la cabeza y le dice: – cuando no cobra ¿de qué vive? Y el preso contesta: -De dos comidas que como por día…
(*) Libro impreso en Empresa Periodística y Editorial Informaciones.
Foto: “Tachuela y sus Locos de Verano” en Canal 7
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