Víctor Hugo Olivera Rodríguez tenía 19 años, era jugador del Club Progreso desde las formativas y terminaba sus estudios secundarios en el Liceo Nocturno; en la madrugada de un frío 12 de junio del año 1999, alguien lo fue a buscar a su domicilio en Barrio La Palma, para después ser encontrado sin vida tras una fuerte helada matinal, con tres disparos en su cuerpo. Dieciséis veces se cambió el almanaque desde entonces, y el crimen sigue impune.
Hoy en 2015, la sociedad sigue reclamando justicia: “NO OLVIDAR A VICTOR HUGO”
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