Orígenes indígenas – Desde tiempos prehistóricos el territorio tacuaremboense estuvo habitado por muchas etnias aborígenes, que hoy han dejado el testimonio de su presencia en numerosos talleres, paraderos, túmulos y construcciones funerarias, ubicadas en las costas de nuestros ríos, arroyos, y en la cima de nuestros cerros. Además de grupos primitivos milenarios, el territorio fue asentamiento ya en tiempos históricos de tribus nómades y semi nómades como las de los Charrúas, Guenoas, Minuanes y Tupí-Guaraníes. El último grupo de sobrevivientes charrúas con su cacique Sepé, vivió hasta su muerte en tierras tacuaremboenses de Batoví, en la segunda mitad del siglo XIX.
El nombre Tacuarembó, es de origen guaraní, y proviene del topónimo “Tacuaremboty” que significa “lugar de cañaverales” o “lugar de tacuarales”, y se remonta a fines del siglo XVII, cuando así lo nominaron troperos guaraní – misioneros vaqueando en nuestro territorio.
Orígenes artiguistas – La presencia del más ilustre de los próceres orientales, Don José Artigas, en tierras del futuro departamento de Tacuarembó, en los comienzos de la colonización de ésta región y en la etapa de militar del Blandengue, le da una importancia muy especial al aspecto de la seguridad en el poblamiento de la zona. En 1797 con recorridas de vigilancia y control de fronteras; 1804 y 1805, con campamento en el Tacuarembó Chico brindando seguridad a los pobladores; y en 1807 a 1809 desde la Casa de Piedra del Tacuarembó Chico, va a efectuar la primera colonización oficial del territorio tacuaremboense, con numerosos repartos de suertes de estancia. Durante la revolución artiguista (1811-1820) algunos hitos importantes de nuestra historia, marcan también la presencia de Artigas en la región de Tacuarembó: el regreso del “Éxodo del Pueblo Oriental” con campamento en Paso de los Toros (1812) la retirada del segundo sitio de Montevideo con su presencia en Batoví (1814); el establecimiento del campamento artiguista de Blas Basualdo en el Tacuarembó Chico (1813-1814), el fallido intento de Artigas de fundar un pueblo en el Tacuarembó Chico (1815); la Batalla de Tacuarembó (1820), último esfuerzo de defensa del territorio ante el invasor portugués, librada en el Tacuarembó Grande y arroyos Aurora y Valiente.
Orígenes guaraní-misioneros – Durante los siglos XVII y XVIII el territorio del actual departamento de Tacuarembó dependió de las Misiones Jesuitas, y en sus rinconadas de ríos y arroyos se procrearon miles de cabezas de ganado cimarrón (nacido en libertad), originándose de esta época los más de 30 topónimos guaraníes que quedarían definitivamente incorporados a nuestra geografía y cartografía, incluyendo el nombre “Tacuarembó”, y que fueron dados por aquellos hábiles baquianos y troperos indígenas. Transcurrido el tiempo, en los campos que pertenecieron a la “Tía” Ana Barbera, en el rincón del arroyo Tranqueras y Tacuarembó Chico, entre 1822 y 1825, se erigía la capilla-oratorio de “Santa Ana del Tacuarembó Chico” a cargo del Sacerdote Fray Domingo Morales. En sus proximidades se levantó una aldea de guaraníes misioneros que lo acompañaron.
Orígenes de la ciudad de Tacuarembó – El 24 de Octubre de 1831, el presidente Fructuoso Rivera da instrucciones a su sobrino el Coronel Bernabé Rivera, para fundar un pueblo en la zona del Tacuarembó Chico. El 15 de Enero de 1832, llegaron a la zona una caravana de carretas con las primeras familias pobladoras, acompañadas del Regimiento Nº 1 de Línea al mando del Coronel Navajas, y cuatro días después arribaba el jefe de la expedición con su escolta procedente de Paysandú. El 21 de Enero de 1832 (día de San Fructuoso) se recorría el “rincón de la Tía Ana”, eligiéndose el lugar para erigir la futura población, cuya demarcación y deslinde se efectúo entre los días 22 y 26 de enero.
El 27 de enero de 1832 es la fecha primigenia de fundación de San Fructuoso por el Coronel Bernabé Rivera con la invalorable colaboración de Ramón de Cáceres. Se adjudicaron los primeros solares y chacras. Su perímetro comprendía: desde el Parque Rodó hasta Gral. Artigas y desde la zanja de la Comuna hasta el arroyo Sandú. Entre el arroyo Tacuarembó Chico y el Parque Rodó actual, estaba la “Quinta del Tabacalero”. Tenía 15 manzanas apenas. En sus primeros años San Fructuoso solo tiene algunos ranchos aislados, el primero construido es el del Cnel. Ramón de Cáceres en el terreno donde actualmente se encuentra la Catedral. En la esquina de Joaquín Suárez y Gral. Rivera, se asienta el primer cuartel para asiento del ejército. En 1833 se designa como primer Juez de Paz a Antonio José de Mello. El 30 de Agosto de 1834 se inaugura un modesto templo religioso. La primera Iglesia era un rancho también, donde hoy está la Casa de los Deportes.
La Ley Nº 158 del 16 de junio de 1837, establece la creación del Departamento de Tacuarembó, y el 14 de agosto de 1837, se designa su primer Jefe Político y de Policía, el ciudadano Atanasio Lapido. En 1845, se inaugura la primera Escuela primaria, dirigida por el español Don Miguel Bramón, oficializada en 1852 y a cargo del mismo maestro, en el último año se funda también la escuela de niñas, a cargo de doña Inés de Jáuregui de López. En 1848, se fijan definitivamente los límites departamentales, y en 1849, se nombraba como Jefe Político a José Paz Nadal. En 1852 llega a San Fructuoso el Presidente Juan F. Giro. Permaneció seis días en la villa y durante su estadía hubo teatro, dos bailes y sortijas. Uno de los cronistas de diarios de Montevideo que acompañaba la comitiva del presidente, envió crónicas entre las que sostiene “En la Villa había 30 casas de material y 170 ranchos, 2 comercios mayoristas, 15 almacenes menor, una sola fonda (hotel), pero dos boticas (farmacias). Hasta fines de la década del 50 las viviendas eran construidas unas de palo a pique revocables con cañas y techo de paja brava y otras de terrón”.
Aportes del Prof. Enrique López Saracini
Sé el primero en comentar