Medios escrito y televisivo que han cerrado, culminando así el ciclo laboral de trabajadores y también la posibilidad de que la población tenga diferentes fuentes de información.
Trabajadores que han sido enviados al seguro de paro, otros que han sido despedidos, con lo que eso significa, la inestabilidad, el tener que reinventarse y buscar nuevas alternativas.
Más allá de la gestión de cada empresa de comunicación, tampoco las mismas escapan a las dificultades económicas.
Un comunicador que ha sido juzgado en lo penal por su accionar personal.
Lo más difícil y triste en los medios, lo irrecuperable han sido la desaparición física de queridos comunicadores como Susana Breger, Emilio Ortiz e Iván Rodríguez. Cada uno ha dejado su huella en la historia de la comunicación de Tacuarembó, su impronta, carácter a la hora de comunicar, lo que generaba esa identidad única.
También éste año que culmina ha tenido sus nuevas propuestas en comunicación, nuevas caras, proyectos renovados. Esperemos que el nuevo año sea de sumar con ganas y fuerza por un Tacuarembó más y mejor informado, con generadores de opinión que poseamos criterio ético y objetivo ante esta realidad diversa, cambiante, globalizada.
Los medios y sus comunicadores siempre están cuando la sociedad lo requiere, sea cual sea la inquietud de la comunidad.
«Para comunicarnos efectivamente, debemos darnos cuenta de que todos somos diferentes en la forma en que percibimos el mundo y usar ese conocimiento como guía para comunicarnos con otros».
Giovanna Farías dos Santos (Facebook)
N.R. El 29 de diciembre falleció el mensajero de Semanario Batoví, Arturo Leivas.
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