DANIEL CASTRO: En entrevista de diario “El Pueblo” de Salto

“Mis primeras inquietudes periodísticas nacieron en radio Zorrilla, de Tacuarembó” dijo el periodista.

Nació en “el pago más grande de la Patria” y su esencia de hombre del interior fue misturándose con el ajetrear capitalino, llevándolo por el vasto universo del periodismo. A tracción propia fue abriéndose camino hasta llegar a ser una de las figuras con nombre propio en los medios de comunicación más emblemáticos de nuestro país.
Daniel Castro conversó con “EL PUEBLO”… franco y directo en sus respuestas, nos fue llevando de la mano de su vida, reflexiones y puntos de vista.
“El periodista en su oficio, se enfrenta al enorme desafío de separar la paja del trigo” – caviló.

Al hacer una mirada retrospectiva… ¿Qué recuerdos mantiene de su época de niñez y adolescencia?
– “Tengo los mejores recuerdos. Viví una infancia feliz, y una adolescencia intensa. Tengo la sensación de que, entre los 10 y los 20 años, fue mi década ganada. Fue maravilloso. En la niñez los amigos de la cuadra, jugar al fútbol casi todo el día, las mesas largas en los encuentros familiares… en fin… felicidad plena.
En la adolescencia, el despertar de las inquietudes que ahora me traen a este presente, los primeros amores, los primeros tropezones, pero también daría todo por volver un ratito a ese momento de la vida”.

¿Recuerda alguna historia de ese tiempo que lo haya marcado?
– “Hay muchas historias, pero las agrupo a todas en esa sensación de la familia reunida en torno a una mesa los domingos. Dentro de la modestia económica, había una gran generosidad para compartir esos momentos. Siempre quedé con esa imagen de la mesa grande y las charlas ruidosas, las risas. Me parece vivirlo, al recordarlo”.

¿Cómo y en qué momento decidió trasladarse a la capital?
– “Me vine a Montevideo a dar un concurso, más como prueba que como oportunidad laboral. Ello sucedió cuando tenía unos 30 años.
Luego – como se dice, los planetas – se fueron alineando y nos vinimos en familia con mis dos hijos de aquel momento y la mamá.
Los primeros tiempos fueron difíciles – de mucho trabajo – en una ciudad que te marca la cancha. Que a veces te agobia y te hace pensar en retornar al pago, pero fui quedando y acá estoy”.

¿Cuando descubrió su vocación periodística y cómo fue viviendo ese proceso?
– “Mis primeras inquietudes periodísticas nacieron en radio Zorrilla, de Tacuarembó, donde participaba de la redacción y la conducción de informativos. Luego conductor de espacios periodísticos. Más adelante, en canal 7 de esa misma ciudad, empecé a meterme en el mundo de la tele, con ese periodismo de cercanía que tanto caracteriza al interior”.

¿Qué le significa «Todas las Voces”?
– “Todas las Voces tiene el propósito de ser fiel a su nombre, que todas las voces, las tendencias, las opiniones en materia política, sobre todo, estén presente. A veces se logra, otras no, porque son muchas las miradas sobre un mismo tema. Pero, como el dicho, dejamos todo en la cancha para hacerlo cada día mejor y más amplio.

Desde su experiencia y visión – ¿Cuál es la faceta constructiva de los debates?
– “Los debates son una oportunidad para llegar a un público masivo, mostrando el temple en esas instancias que suelen demandar mucha preparación y tensión. Es una forma de demostrar el talante de los dirigentes que se postulan a cargos electivos. A veces se dice que uno puede ser malo debatiendo, pero bueno gestionando. En fin, no estoy tan de acuerdo con esa opinión. Es importante ver la convicción, la seguridad, el tono y la manera en que se manejan bajo presión. Interactuar con el adversario político… desarrollar ideas en poco tiempo… enviar el mensaje… demostrar solvencia… todo eso puede salir de un debate. No es concluyente para el voto, pero ayuda”.

¿Cuál es el secreto para hacer un periodismo de calidad y reflejar la verdad sin hacer daño?
– “No hay mucho secreto. Todo se basa en la honestidad.
Honestidad para encarar cada día el difícil arte del equilibrio.
Diciendo la verdad, cuidándose de las “cáscaras de banana”, preservando algunos principios básicos. No somos abogados, ni jueces, ni fiscales. Somos periodistas. Hay un mandato asociado a la profesión en el plano ético y es acercarnos lo máximo posible a la verdad, descorrer velos que pretenden ocultar cuestiones que deben ser conocidas por el público.

Pero teniendo en cuenta que nunca debe violentarse el principio del derecho de que una persona – aún con pruebas en su contra – es inocente hasta que la Justicia demuestre lo contrario. Allí a diario el periodista en su oficio, se enfrenta al enorme desafío de separar la paja del trigo. Y en ese sentido, el fenómeno de las Redes, nos suma una nueva exigencia. Tal vez hoy por hoy lo más importante: distinguir lo verdadero y no caer en la tentación de medias verdades. Ahora se impone la prudencia, antes que la urgencia por dar la primicia”.

¿Cómo es interiormente Daniel Castro?
– “Es una persona común, con la diferencia de aparecer a diario en medios masivos. No soy quien para describir mis virtudes… de ello debería encargase alguien con imparcialidad. Pero a diario me propongo que los aciertos sean más que los errores. Y eso vale para el plano personal primero y profesional, después. Siendo mejores personas, seremos mejores en lo que hagamos, también laboralmente”.

¿En algún momento experimentó dubitativos frente a la elección de su profesión?
– “En ocasiones el oficio nos agobia un poco, precisamente por la búsqueda de equilibrio, verdad, imparcialidad, seriedad, rigurosidad.
Son múltiples dimensiones y todas vitales en el ejercicio de la tarea.
Sufro mucho el error… me cuestiono a diario… me cuesta disfrutar a veces de lo hermoso de este trabajo. Me mortifica no dar la talla en temas importantes. Pero al final no dudo que es lo mejor que me pudo pasar vivir de esta profesión”.

En declaraciones recientes usted hace alusión a «ir más allá de la coyuntura» en las entrevistas y en el terreno de la innovación y el emprendedurismo. Cuéntenos…
– “He tratado de crear espacios como Oasis porque precisamente ante el agobio y la aridez de la información del día a día necesito un alivio, un descanso de esa rutina compleja. Entonces, en la radio los sábados a las 11.00 estoy haciendo un programa que se llama Agenda Abierta, que si ustedes lo escuchan, se darán cuenta de que quiere ir un poco más allá. Como se dice ahora jirafear el cuello, hacer un esfuerzo por mirar un poco más alto. Y allí es donde incluyo temas vinculados al emrendedurismo, al ambiente, a gente innovadora, talentosa, que inspiran.

También ahora le di forma a una idea que traigo hace unos tres años. Se llama Uruguay Amable y está en internet www.uruguayamable.com.uy donde pretendo, simplemente reivindicar – que además de cosas malas que todos sabemos que suceden – también pasan cosas buenas que merecen ser destacadas”.

¿Dónde se siente más a gusto… en la radio y en la TV?
– ¿Dónde me siento más a gusto? ¿Frente a una estufa en invierno o frente a una parrilla en verano? Así planteo el dilema entre la TV y la radio. En ambos me siento muy a gusto y se disfruta siempre. La radio tiene eso más íntimo, que acompaña a todas partes. La televisión es masiva, también impiadosa con la imagen. Pero me encantan ambos medios. Les diría que – aunque no está mencionado en la pregunta – mis mejores experiencias periodísticas las logré cuando pude hacer algo de prensa escrita”.

¿Qué lectura hace de este hecho inusitado que estamos viviendo como humanidad?
– “Creo que lo que nos está pasando era algo que se veía venir. De hecho, hubo personas que anticiparon esta situación tan dramática.
Acá habrá un antes y un después y será muy relevante afirmar con la mayor claridad posible que no hay varias saludes, por decirlo de alguna manera. Hay una sola salud, que nos integra como humanos, en contacto con los animales y las plantas. Entender ese concepto nos ayudará a manejar mejor estos eventos en el futuro.
De todas formas, efectivamente Uruguay se distingue por su manejo y eso es algo que debemos agradecer. Tiene que ver con una cultura que está en nuestro ADN, más allá de que a veces nos relajamos un poco. Ojalá que – como dicen – salgamos fortalecidos.
Pero esto es como manejar en la niebla… no se sabe cuándo se levanta y no se ve aún la cantidad enorme de gente que quedará al costado del camino. Habrá que tender la mano generosamente entre todos”.

Una reflexión personal para compartir con los lectores….
– “Más que reflexión una invocación a todos nosotros como una sociedad que se valora, se distingue y se elogia en el mundo. Y el pedido es que procuremos valorarnos más, entendernos más, aceptarnos más, dialogar mejor, hablar con prudencia y escuchar con modestia. Porque tal vez el otro tenga razón. En síntesis, alcanzar una instancia donde se ponga acento en las coincidencias, más que en las discrepancias”.

Proyectos en el tintero…
-Escribir un libro….en eso estoy. Ojalá que me de la vida y la destreza para hacerlo”.

  • Extraído de Portal Diario El Pueblo (Salto – http://www.diarioelpueblo.com.uy)

Foto: Facebook

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