Al abrirse las transmisiones de los Juegos Olímpicos, estudiantes, campesinos, obreros y maestros cercaban la sede principal de la televisora más poderosa de México, a la que acusan de imponer el triunfo del candidato presidencial del PRI en los comicios del 1 de este mes. El cerco de 24 horas comenzó a las 22:00 del jueves 26 (03:00 GMT de este viernes 27), con unos 10.000 manifestantes que por la noche organizaron una verbena musical. La consigna era dejar salir a quien quisiera, pero nadie podía entrar.
Advertidos de la acción, los trabajadores de Televisa llegaron el jueves con equipaje para pernoctar, y la televisora dispuso de sedes alternas para garantizar la salida al aire de su programación, que tenía como plato fuerte la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El programa de noticias «El mañanero», que conduce el payaso Brozo, tuvo que transmitirse desde otro lugar.
Al inicio de la protesta, jóvenes del movimiento universitario Yo Soy 132 leyeron un documento acusando a las grandes cadenas Televisa y TV Azteca de ser «la cara más visible y el principal instrumento de la oligarquía» que gobierna México. «Hemos caminado, chocado contra estos muros y buscado la salida, pero, cuando los vemos en conjunto, hallamos frente a frente un edificio, una estructura que sostiene una sociedad diseñada para el beneficio de unos pocos (…) No queremos edificios viejos, no queremos edificios decrépitos por su corrupción, no queremos muros que nos aplasten», dice el texto.
México vive días de efervescencia política, después de las elecciones generales del 1 de julio. El Instituto Federal Electoral proclamó ganador al candidato presidencial del PRI (Partido Revolucionario Institucional), Enrique Peña, con 38,2 por ciento de los votos, seguido del postulante de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, con 32,5 por ciento de sufragios. Los comicios estuvieron plagados de denuncias -desestimadas hasta ahora por las autoridades electorales- de compra de votos y coacción a los electores más pobres, lavado de dinero y parcialidad de los grandes medios de comunicación a favor de Peña.
López Obrador rechazó el resultado del escrutinio e impugnó los comicios ante el Tribunal Electoral, que deberá dar un fallo definitivo en septiembre. Esta semana, el dirigente propuso nombrar un gobierno interino hasta entonces, como salida a la crisis. «Es preferible decir basta a la inmundicia; es preferible que hagamos un acuerdo para inaugurar una etapa de respeto a la Constitución y a la democracia», que validar estas elecciones, dijo en conferencia de prensa.
No es el único inconforme. Yo Soy 132 también desconoció el resultado y emprendió una campaña por la limpieza electoral con un uso privilegiado de las redes sociales, que incluye su propia demanda ante el Tribunal Electoral, ya desestimada.
Los días 14 y 15 de julio, los estudiantes se reunieron con organizaciones campesinas, sindicales y otras agrupaciones sociales en la Convención Nacional contra la Imposición, en la que acordaron la toma simbólica de Televisa.
Yo Soy 132 nació en mayo, a partir del reclamo de estudiantes de la privada Universidad Iberoamericana a Peña, entonces candidato del PRI, por la represión a campesinos de San Salvador Atenco en mayo de 2006, cuando él gobernaba el estado de México, contiguo a la capital del país y al que pertenece ese municipio.
En cuatro meses, este movimiento ha realizado varias manifestaciones multitudinarias en todo el país. Su grito «México, sin PRI» se hizo punta de lanza de todas las protestas. Su agenda se extiende a otros temas: democratización de los medios de comunicación; cambios en los modelos educativo, económico y de seguridad nacional; transformación política para fortalecer la democracia participativa, y pleno cumplimiento del derecho a la salud.
El PRI gobernó México de continuo entre 1929 y 2000. Su hegemonía fue interrumpida por los dos períodos presidenciales del conservador Partido Acción Nacional, al cual pertenece el presidente Felipe Calderón. Muchos analistas responsabilizan a Calderón por la debacle electoral de su partido: la candidata presidencial, Josefina Vázquez, quedó en tercer lugar y el PAN perdió sus bastiones históricos. Su estrategia militarizada para enfrentar el narcotráfico llevó al país a una espiral de violencia que causó ya unas 60.000 muertes, alegan.
El mandatario saliente rechaza esas acusaciones y ha dedicado las últimas semanas a reunirse con militantes de su partido, con la intención de tomar las riendas de la «refundación» del PAN con miras a recuperar el gobierno en 2018. «La situación se está complicando. No hay señales de los grupos de poder de que estén siendo sensibles al rechazo de la gente a Peña», dijo a IPS el profesor universitario Heriberto Robles, mientras participaba del cerco a Televisa.
Los estudiantes hicieron de esa acción una fiesta. Durante la noche y parte de la madrugada bailaron, saltaron y recorrieron las calles cercanas al son de ritmos como la batucada brasileña y el ska jamaiquino. También cantaron tradicionales canciones rancheras y de grupos de rock mexicano. En la madrugada, se organizaron concursos de baile, mientras un par de mujeres repartían flores blancas y moradas a los policías encargados de resguardar el edificio de Televisa.
Uno de los muros de la televisora, propiedad de Emilio Azcárraga Jean, sirvió de pantalla para proyectar la película «Rojo amanecer», que relata los hechos de la matanza de Tlatelolco, ocurridos el 2 de octubre de 1968, cuando el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz reprimió al movimiento estudiantil, dejando una cantidad incierta de víctimas que podría llegar a varios cientos, según diferentes investigaciones. «Televisa, fábrica de mentiras», «Queremos escuelas, no telenovelas» y «No a la imposición» fueron algunas de las consignas más reproducidas en los carteles del cerco a la televisora.
En medio de la protesta, se difundió la noticia de que 75 por ciento de los jóvenes que intentaron ingresar este año al bachillerato fueron rechazados. «Quisieron arrebatárnoslo todo y lo único que perdimos fue el miedo», dijo el estudiante que leyó la proclama de Yo Soy 132. «Ya no seremos más una voz silenciada», arengó.
De IPS
Foto: Daniela Pastrana/IPS
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