Alertan que los jóvenes que viven en las cercanías de la frontera con Brasil, tienen más riesgo de consumir alcohol en forma desmedida. En Melo el 95% de los delitos están vinculados al alcohol, según un informe publicado en el diario El País. “Si no van borrachos a determinadas actividades sociales, creen que no van a poder estar acorde a la situación. Los amigos ejercen una presión muy grande“, afirma María Isabel Nassonneer, psiquiatra y “custodia” de Alcohólicos Anónimos. Esta profesional ha elaborado un documento donde los indicadores más altos de alcoholismo son en los departamentos de Artigas, Rivera y Cerro Largo, y sobre todo en adolescentes.
María Isabel Nassonneer, que trabaja como custodia “clase A” (no alcohólica) de la asociación en Uruguay, explica que en las zonas fronterizas con Brasil es más fácil conseguir el alcohol por su bajo costo. “Algunas bebidas brasileñas son más baratas y es un asunto que se arrastra de varios años”, sostuvo. “Son bebidas cuyos procesos de destilación no son los aconsejables para que el producto final obtenga la calidad optima, sino que contienen sustancias nocivas para el sistema cardiovascular, cardíaco y neurológico” agregó.
La médica especializada en psiquiatría relató que, antiguamente, eran las personas mayores las que consumían cantidades elevadas de alcohol, pero “en este momento son los jóvenes los que están elevando los guarimos y ponen en riesgo su propia vida tomando grandes cantidades en períodos de tiempo muy breves, muchas veces sin una alimentación correcta, mezclando alcohol con bebidas no alcohólicas, lo que las hace más suaves aunque el efecto que provoca es el mismo”, señaló.
La profesional advirtió que “los jóvenes están en un enorme riesgo”, y ese riesgo se incrementa porque a esa edad “no piden ayuda, piensan que no son alcohólicos, aunque toman antes y durante las fiestas, y los fines de semana en las plazas”.
Sobre este punto, la experiencia a nivel nacional indica que quienes piden ayuda por haber “tocado fondo” son alcohólicos que llevan muchos años con su adicción, ”los que ya perdieron el trabajo, la familia, sus bienes o los que fueron derivados por la justicia”. Los jóvenes que consumen desmedidamente no han llegado a tener un síndrome de dependencia física desarrollado, pero sí una dependencia psicológica extrema”, dijo la Dra. Nassonneer. “Si no van borrachos a determinadas actividades sociales, no van a poder estar acorde a la situación y los grupos de amigos ejercen una presión muy grande para que ello ocurra”, puntualizó.
La psiquiatra forense de Cerro Largo, Karina Rodríguez, ya había planteado su preocupación porque normalmente cada fin de semana, entre 10 y 12 menores y adolescentes son remitidos a la Justicia por riñas a la salida de los bailes. “Todos están alcoholizados”, dijo. “El alcohol que se utiliza para ese tipo de caña (blanca) no es de uso humano; es el metanol”, afirmó. Karina Rodríguez asegura que el 95% de los delitos cometidos en Melo están vinculados al consumo de alcohol. “Eso indica mi experiencia en el Juzgado de Melo”. Además de caña blanca, en los departamentos fronterizos se consigue vodka y ron con metanol a muy bajo costo. En cualquier provisión de Melo un litro de vodka en botella de plástico cuesta $ 45
– Ana De Salvo (anasalvo@eldiario.com.uy) |
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