«La seguridad alimentaria y nutricional se define como aquella situación en la que ‘todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana'», se señala en el Primer informe nacional de prevalencia de inseguridad alimentaria en hogares, presentado recientemente por el INE.
Se destaca que, opuestamente, «se entiende por inseguridad alimentaria cuando una persona carece de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para llevar una vida activa y saludable. Esta situación puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos y/o a la falta de recursos para obtenerlos».
La inseguridad alimentaria puede experimentarse en diferentes grados, los cuales se asocian con niveles de dificultad de acceso a los alimentos.
De acuerdo al informe, «los primeros grados de inseguridad alimentaria, caracterizados como leves, representan preocupación por no poder acceder a suficientes alimentos o dificultades de acceso a alimentos que se consideran nutritivos. Cuando se experimenta inseguridad alimentaria moderada comienza a comprometerse la cantidad de alimentos consumidos y en la inseguridad alimentaria grave las personas se saltean comidas o pasan todo un día sin comer».
Los datos que surgen del informe se obtuvieron a partir de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) que lleva a cabo el INE.
La prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave se estimó en un 15,0% de los hogares. Esto significa que, de cada 1.000 hogares, 150 habían reducido la cantidad de alimentos que consumen por falta de dinero u otros recursos, alguna vez en los últimos 12 meses. La estimación de inseguridad alimentaria moderada o grave en personas correspondió a 16,5%. Esto quiere decir que 165 de cada 1.000 personas viven en hogares con inseguridad alimentaria moderada o grave.
Dentro del tema, se especificó que la prevalencia de inseguridad alimentaria grave en los hogares se estimó en 2,6%. Este resultado indica que 26 de cada 1.000 hogares se habían quedado sin alimentos por falta de dinero u otros recursos y que alguna persona del hogar no había comido en todo el día, al menos una vez en los últimos 12 meses.
La estimación de inseguridad alimentaria grave en personas correspondió a 2,9%. Es decir, de cada 1.000 personas, 29 viven en hogares con inseguridad alimentaria grave.
Si se analiza la inseguridad alimentaria según áreas geográficas a nivel de hogares, se observaron prevalencias similares entre Montevideo e Interior. Sin embargo, al desagregar los datos del Interior del país se registró una mayor prevalencia de inseguridad alimentaria en la región noreste (Artigas, Tacuarembó, Rivera, Cerro Largo y Treinta y Tres). Por el contrario, los niveles más bajos correspondieron a los departamentos del centro y sureste del país.
- UyPress – Agencia Uruguaya de Noticias
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