El director general de Secretaría del Ministerio del Interior, Charles Carrera, subrayó los avances en materia de inversión en presupuesto, infraestructura y salarios que impulsó esta administración. Mientras que en 1990 el presupuesto del ministerio fue de 7 millones de dólares, en 2012 alcanzó los 766 millones de dólares. En 2000, un agente de 2ª cobraba 4.301 pesos nominales, mientras que en 2013 gana 20.582 pesos. En una columna publicada en la web del Ministerio del Interior, el director general de Secretaría de esa Cartera subrayó la necesidad de entender los procesos por los cuales la Policía Nacional atravesó; y reflexionó sobre los actuales cambios que lidera la dependencia estatal.
Carrera repasó los datos de este proceso, como las cifras destinadas a la policía en los presupuestos de los últimos 25 años, la inversión en cárceles durante el mismo período y los incrementos salariales para toda la policía. Finalmente, reflexionó sobre los motivos del incremento de la violencia en la sociedad uruguaya, como un proceso de deterioro en las relaciones sociales.
Estructura acorde, capacitación y salarios – En materia presupuestal, recordó que en el año 1990 el presupuesto del Ministerio del Interior ascendió a siete millones de dólares, en 1995 a 44 millones de dólares, en 2000 a 181 millones, en 2005 a 241 millones y, finalmente, en esta administración se aprobaron 766 millones de dólares. Carrera señaló que esta última cifra está destinada a crear una policía con mejor capacitación y salarios, una estructura acorde a los nuevos tiempos y actualización tecnológica.
En materia de inversión carcelaria, rememoró que el presupuesto de 1990 destinaba 42 mil dólares a ese rubro, mientras que en 1995 fueron 69 mil dólares. En 2000 se invirtieron 2.658 dólares, al año siguiente se invirtieron 356 dólares y en 2002 se destinaron cinco millones de dólares (de los cuales dos millones y medio sirvieron para la adquisición del sector de la cárcel de Libertad denominado “Las Latas”). En 2005 se invirtieron 2,5 millones de dólares, pero en 2009 la cifra aumentó a 10 millones, en 2010 a 30 millones y a 20 millones más durante el año pasado.
Charles Carrera destaca que “si no logramos rehabilitar e incluir a las Personas Privadas de Libertad (PPL), se contribuye al fomento de la delincuencia; ese fue el motivo por el cual iniciamos una serie de reformas estructurales en el sistema penitenciario”.
Sobre los incrementos salariales, señaló que un agente de segunda, ejecutivo, percibía mensualmente (sin antigüedad, permanencia ni rubro prevento represor), era de 4.301 pesos. En 2012, un agente de segunda recibe un salario de 16.564 pesos. Un agente de segunda de los escalafones de apoyo técnico, administrativo y especializado, ganaba 3.570 pesos en el año 2000, el año pasado percibió 16.564 pesos. Los datos están expresados a valores corrientes.
Agregó que “la nueva policía tiene responsabilidad disciplinaria y no sé si sabían que, prácticamente todos los días hábiles de un año civil, se decretan sumarios y cesantías (son más de 200 por año). Esto último lo contamos, para que estén informados, que así como hay un lado positivo (nueva política en RRHH, con salarios dignos), también se sancionan los incumplimientos o desviaciones funcionales”.
Violencia y deterioro de las relaciones sociales – En su nota, Charles Carrera atribuyó los procesos actuales de inseguridad al deterioro de las relaciones sociales: “el incremento de la violencia que hoy vivimos, es el reflejo de numerosos problemas y contradicciones que incluyen: factores económicos (desigual distribución de la riqueza; desempleo y subempleo; expectativas profesionales truncas; escaso poder adquisitivo; nuevas formas y necesidades de consumo); sociales (mala planificación urbana y rural, nuestros asentamientos irregulares que crecieron en la década del 90; colapso de la institución familiar); políticas y administrativas (policías poco eficientes)”.
Otras causas nombradas por Carrera fueron la “poca disponibilidad de recursos presupuestales o desigual distribución de los mismos para tareas de seguridad; deficientes mecanismos de rehabilitación e inclusión social; falta de aplicación de la ley, por su caída en desuso; crisis de valores; promoción de la violencia a través de los medios), entre otros.”
Prosiguió Carrera: “Con este panorama fue que nos propusimos crear una nueva policía, que esté preparada para atender los desafíos de la época que nos toca vivir, y brinde seguridad, como derecho humano que es, a sus habitantes. Por ello, no hablamos de herencia maldita, ya que el proceso es muy complejo, y además, nos propusimos generar cambios consensuados con el sistema político. Volvemos a repetir, debemos trabajar mucho y no se puede hacer política con esta materia, por los valores que están en juego”.
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