MONTEVIDEO (Uypress) – Solo nueve países en el mundo son más caros que Uruguay de acuerdo a un estudio presentado por la BBC. En una nota del periodista Felipe Llambías para BBC Mundo, en base a datos recopilados por el Banco Mundial, se comparó los precios de unos 600 productos en Uruguay y otros 43 países a lo largo del tiempo, y encontró que en promedio eran 27% más caros en nuestro país.
Más aún, afirma la nota, «países desarrollados europeos como Francia, Alemania o Reino Unido mostraron precios menores que los que se pagan en Rivera o Montevideo».
«Solo nueve -Japón, Finlandia, Israel, Irlanda, Suecia, Dinamarca, Suiza, Noruega e Islandia- eran más caros», se informa.
Comparado con América Latina, los productos en Uruguay costaban más del doble que en Bolivia, 80% más que en México y 20% más que los vecinos Brasil y Argentina, socios en el Mercosur y desde donde llega sin aranceles buena parte de las importaciones.
En productos de higiene y limpieza, Uruguay es 58% más caro que el promedio de países, según el estudio. En alimentos y bebidas no alcohólicas, 55%. Y en artículos de informática y electrónica, 43%.
Este fenómeno se da con mayor fuerza en rubros en los que prácticamente no hay producción nacional -o directamente no existe- y se deben importar, le explicó a BBC Mundo Ignacio Umpierrez, economista e investigador del CED.
Y la lista de artículos que no se producen en Uruguay es muy larga.
Umpierrez agregó que los precios más altos que pagan los uruguayos no tienen que ver con una cuestión coyuntural del valor del peso uruguayo frente a otras monedas, sino que es un hecho que ha perdurado a lo largo del tiempo.
«Es algo que responde a un efecto país», afirmó.
Por «efecto país» se refiere a algunas condiciones que hacen que el país sea caro.
El investigador y un grupo de colegas hallaron que el mercado uruguayo -que es pequeño porque en el país viven 3,5 millones de personas- se concentra en pocas empresas que suman gran parte de esas importaciones.
«En mercados concentrados, el poder de fijación de precios de las empresas es mayor», señaló. Como consecuencia de esa falta de competencia, encontraron que la ganancia por producto era casi siempre más de la mitad del precio que paga el consumidor final. Es decir, algo que se importó a 10, el ciudadano de a pie lo paga a más de 20.
Sebastián Fleitas le dijo a BBC Mundo que Uruguay es caro por «dos problemas centrales», «donde la regulación tiene serios la falta de competencia y los sectores regulados por el Estado problemas».
«Es un país chiquito, donde nos conocemos todos y donde hay muchísima interacción entre regulados y reguladores, que no es ilegítimo pero que pone algunos desafíos adicionales para la defensa de la competencia, en legislaciones de control de lobby y ese tipo de cosas que hacen que desarmar esto del país caro sea un conjunto de batallas chicas, pero que cada una demanda un montón de capital político», argumentó.
El experto dijo que hay mucho camino por recorrer, pero que existen cosas que se pueden hacer para que el país sea más barato.
«Para poder ingresar un producto a Uruguay, tiene que estar registrado sanitariamente ante el Ministerio de Salud Pública», explicó Umpierrez. Pero las grandes empresas «básicamente son dueñas de su ficha técnica por temas de exclusividad o por acuerdos comerciales», agregó.
Eso implica que, por ejemplo, si una empresa uruguaya cualquiera quisiera importar esa pasta de dientes comprándola a US$1,28 a un supermercado o almacén mayorista brasileño, el Estado uruguayo no se lo permitiría porque la empresa no tiene la ficha técnica del producto.
Y no importa que sea exactamente la misma pasta de dientes que ingresa la filial de la multinacional.
«Si no estamos protegiendo una industria, no estamos protegiendo empleo, ¿acaso estamos protegiendo la renta monopólica de un importador?», se preguntó el economista Alfonso Capurro, de la consultora local CPA/Ferrere.
Capurro subrayó que hay regulaciones que «buscan genuinamente proteger al consumidor», pero que existe «inercia y hay un conjunto de acumulaciones de distintas regulaciones que se han ido construyendo en el tiempo en forma de sedimento». «Nadie se aseguró de que ese conjunto de regulaciones se estaban solapando e impidiendo que el mercado funcionara mejor», sostuvo. CPA/Ferrere elaboró otro estudio a pedido del Banco Central, en este caso respecto a los precios de frutas y verduras.
Acceda aquí a la nota completa
– UyPress – Agencia Uruguaya de Noticias
Sé el primero en comentar