Autoridades del Ministerio de Ganadería inauguraron un estand en la Expo Melilla 2014 y realizaron una conferencia sobre los avances en la incorporación de tecnología para el sector granjero. En diciembre de 2013 se incorporaron tres maquinarias que mejorarán la eficiencia del sector frutícola en las podas y aplicación de productos químicos. El 80 % de los que se dedican a la fruticultura son productores familiares.
El ministro interino de Ganadería, Agricultura y Pesca, Enzo Benech, la directora de la Granja Zulma Gabard y el director del INIA, Álvaro Roel, informaron sobre el avance del acuerdo de trabajo que suscribió en diciembre de 2013 la Dirección General de la Granja (DIGEGRA) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), para la incorporación de maquinaria destinada a la fruticultura de hoja caduca.
El acuerdo implica la incorporación de una podadora mecánica que permitirá reducir costos de poda sin afectar el rendimiento de manzanos, perales, durazneros y ciruelos; y una raleadora y una atomizadora de flujo tangencial que permitirán bajar costos y reducir el uso de agroquímicos. Estas tres herramientas son parte de un nuevo paquete tecnológico denominado “muro frutal” que implica cambiar el marco de plantación hacia menores distancias entre-filas, para lo cual iniciaron la plantación de seis nuevos módulos de validación en predios de productores familiares que serán conducidos con esta tecnología.
En la conferencia, la directora de la Granja, Zulma Gabard, señaló que la producción de granja en Uruguay es en un 80 % de carácter familiar y es el sector agropecuario que ocupa mayor cantidad de mano de obra. La falta de mano de obra y sus costos (que implica más del 60 % de los costos totales de producción) provocan que a nivel mundial se vaya hacia la mecanización de los procesos productivos.
“Cuando decimos mecanización no es para sustituir la mano de obra, sino lo contrario, para atender la mano de obra que no está, que se precisa y no está”, aclaró Gabard y agregó que la incorporación de tecnología se viene desarrollando a nivel mundial y Uruguay no se quedó atrás y sumó estas maquinarias a la producción nacional.
De esta manera, Gabard subrayó que por primera vez el sector público, a través del MGAP e INIA, —quien corrió el riesgo y adoptó esta tecnología, testeándola, investigando y aprendiendo sobre esta nueva tecnología— pudieron extender ese conocimiento al sector privado y a otros sectores productivos. “Es un excelente ejemplo de coordinación interinstitucional”, enfatizó.
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