Uruguay ocupa el primer lugar en América y el 18º en el mundo entre los países con mejores condiciones para desempeñarse laboralmente, según un estudio presentado en el Congreso Mundial de la Confederación Sindical Internacional (CSI). El subsecretario de Trabajo, Nelson Loustaunau, dijo que es un reconocimiento al esfuerzo del Gobierno, que enfatiza la política de diálogo social y promoción de los derechos de los asalariados. El informe de la Confederación Sindical Internacional (CSI) sobre las condiciones laborales en 140 países de todos los continentes ubica a Uruguay entre las naciones donde se constata el mayor respeto por los derechos laborales.
En el estudio, la Confederación establece seis categorías sobre el cumplimiento de las normativas. Los puntajes van de 1 a 5+, siendo 5+ la peor calificación. La CSI, con sede en Bruselas, nació en 2006 de la fusión de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres y de la Confederación Mundial del Trabajo, representa en la actualidad a 166 millones de trabajadores, afiliados en más de 300 centrales de 156 países.
Loustaunau especificó que la primera categoría refiere a “los derechos a la libertad sindical, la negociación colectiva y el derecho a la huelga están garantizados en la legislación, y en su mayoría son respetados en la práctica”.
Esta categoría es la que lidera Uruguay junto a otros 17 países. Sobre nuestro país, el informe expresa que “los derechos colectivos son generalmente garantizados”. También indica que los trabajadores uruguayos “pueden asociarse libremente y defender sus derechos colectivamente con el gobierno o las empresas, y pueden mejorar sus condiciones mediante la negociación colectiva”.
En esta misma categoría se encuentran: Togo, Suecia, Sudáfrica, Eslovaquia, Noruega, Holanda, Montenegro, Lituania, Italia, Islandia, Alemania, Francia, Finlandia, Estonia, Dinamarca, Bélgica y Barbados. En un segundo nivel hay 26 países, entre ellos: España, Nueva Zelanda y Japón, lugares donde “se producen repetidas infracciones a los derechos laborales”. El tercer lugar está ocupado por aquellos países donde “se transgreden los derechos de forma regular”. En esta categoría aparece, entre otros, Venezuela, Portugal, Brasil y Chile.
Por otro lado, hay 28 países que se encuentran en la cuarta categoría, donde “se violan las leyes laborales de manera sistemática”. En este grupo de naciones se encuentran: Estados Unidos, Irán, El Salvador y Argentina. En el puesto número 5 figuran los países en los que “no hay garantías para los trabajadores”. En esta categoría hay 24 los países, entre los cuales se encuentran Colombia, India y China.
Los diez países peor ubicados (categoría 5+), donde según el estudio “no hay garantía de derechos a causa de la ruptura del estado de Derecho son: República Centroafricana, Libia, Palestina, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria, Ucrania, Argelia y Blagladesh.
En diálogo con la Secretaría de Comunicación, Loustaunau señaló que este reconocimiento de la Confederación Sindical Internacional a Uruguay se debe a que desde el exterior se visualiza una sólida política de diálogo social y promoción de los derechos. Recordó que desde en 2005 Uruguay reinstaló los Consejos de Salarios y que actualmente funcionan más de 200 mesas de negociación colectiva. También puntualizó avances en materia de salud y seguridad en el trabajo, así como los altos índices de formalidad.
Loustaunau señaló que en los últimos nueve años el número de cotizantes a la seguridad social se incrementó de 916.000 a casi un millón y medio de trabajadores que aportan a la Seguridad Social.
Además, recordó que durante ese período se promovieron leyes de importancia, entre las que destacó la ley de negociación colectiva, la promoción y protección de la libertad sindical, la limitación de la jornada de trabajadores rurales y la protección de los derechos de las trabajadoras domésticas.
Asimismo, informó que en estos momentos tiene lugar en Ginebra la Conferencia Internacional del Trabajo de la Organización Internacional de Trabajo, donde Uruguay muestra avances, especialmente en la defensa del Convenio sobre Trabajo Forzoso y la forma en la que se puede mejorar ese instrumento internacional.
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