Uruguay destina el 5,2 % del producto interno bruto a políticas de infancia, destacó el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Santiago Soto, en la presentación de dos publicaciones referidas a esa temática, elaboradas por Unicef y la Cepal. Salud, educación y transferencias monetarias abarcan 90 % de esos recursos, que han permitido bajar de 50 a 20 % la pobreza en esa franja etaria en los últimos 13 años.
Entre las actividades por el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó el estudio Gasto público social en infancia y adolescencia en Uruguay, elaborado por Maira Colacce, Pilar Manzi y Victoria Tenenbaum; y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) hizo lo propio conPoner fin a la pobreza infantil en Uruguay; un objetivo posible para la política pública, de Gustavo de Armas.
Soto, quien participó de la presentación, destacó la importancia de analizar este tema, ya que las políticas para la primera infancia generan gran impacto, en el mediano y largo plazo, en las condiciones de vida de una sociedad. “Lo que sucede en los primeros años de la vida nos afecta en forma sustantiva, por lo tanto, la inversión en primera infancia es muy rentable”, agregó.
En términos de políticas públicas, “los hijos nos empobrecen” dijo el subdirector de la OPP, considerando solo el aspecto pragmático, pues al día siguiente del nacimiento, el ingreso de los padres, medido por persona, disminuye. Dada esa situación, «las estrategias estatales se utilizan para otorgarle a las familias un shock transitorio de aporte destinado a reparar la pérdida económica que se produce por el solo hecho de reproducirse», indicó.
“Los riesgos de caer en la pobreza al momento de reproducirnos son muy altos, porque la familia cae automáticamente de decil (ubicación social), esté en el nivel que esté”, advirtió. Por ello es tan importante ejecutar políticas públicas hacia la infancia que potencien los derechos de las familias, añadió.
Soto precisó que Uruguay logró reducir la pobreza en esa franja etaria en casi 30 puntos porcentuales en los últimos 13 años, gracias a las políticas en primera infancia, para ubicar ese indicador en menos del 20 % de los niños de Uruguay. Ese período está reflejado en ambos documentos presentados por esas agencias especializadas de la Organización de las Naciones Unidas, en los que se mencionan que los resultados positivos solo son posibles cuando existe estabilidad económica en el país.
Respecto de la magnitud del gasto público social, recordó que, por ejemplo, haber pasado del 3,1 % del producto interno bruto,en promedio, entre 1990 y 1994, a 5,5 % en 2013 evidencia una apuesta fuerte del país en estos últimos años al sector de la primera infancia. Salud, educación y transferencias monetarias representan hoy el 90 % del gasto total en infancia.
«Ambas publicaciones tienen miradas complementarias, ofrecen una amplia información, y serán muy útiles para analizar la situación actual y pensar en los desafíos a futuro», afirmó Soto.
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