Productos de madera se consolidan en mercados internacionales

Crece la exportación de rollizos de pino, madera aserrada y de tableros – Dos plantas de celulosa operando a capacidad máxima y empresas dedicadas a la exportación de madera que atraviesan un ciclo de crecimiento productivo marcan la realidad de la industria forestal. Y si la actualidad del sector es positiva, además se espera que la instalación de la segunda fábrica de UPM coloque a Uruguay como segundo exportador mundial de celulosa de fibra corta.

Una de las apuestas exportadoras para los próximos años son esos dos productos. El año pasado, las ventas externas de celulosa fueron por US$ 1.327 millones, 7% superior a las de un año atrás. El rubro quedó como el segundo exportado de 2017, solo superado por la carne vacuna.

Los números del sector en el primer trimestre del año fueron auspiciosos con un aumento de las exportaciones del rubro madera (donde se incluye la celulosa) de 46% y colocaciones por US$ 329,4 millones, según datos de la Unión de Exportadores del Uruguay.

A su vez, en el detalle de marzo también se notó un crecimiento interanual. En este caso, el instituto Uruguay XXI mostró que las ventas de celulosa fueron por US$ 124,8 millones y un crecimiento de 23%, mientras que en el caso de la madera y sus productos se alcanzó una exportación en ese mes de US$ 40,7 millones, con una suba de 149% en relación a marzo del año pasado.

Las perspectivas del sector para este año son positivas, tanto para la celulosa como para la madera. En el primer caso, la buena producción de las plantas de UPM y Montes del Plata es acompañada por un precio que se ubica en los mejores valores desde 2016.

En febrero, la tonelada de celulosa tuvo un precio de US$ 633,3, unos US$ 200 por arriba de igual mes del año pasado. Ya desde hace algún tiempo se augura que este producto desplazará a la carne vacuna como primer producto exportado uruguayo en los próximos años.

El presidente de la Sociedad de Productores Forestales, Carlos Faroppa, indicó a El Observador que el sector ha logrado ser dinámico por sí mismo y es positivo estar en el podio de los principales rubros de exportación junto a la carne y la soja. «En años donde hay pico de producción agrícola siempre las exportaciones de esos productos van a ser superiores», indicó.

Sin embargo, para este año se espera una fuerte caída de la producción de la soja (luego de una zafra récord en 2017) a raíz de la sequía y por tanto la celulosa se encamina, al menos, a repetir el segundo lugar de los principales productos exportados.

«La celulosa pasa por un precio bueno para mantener la capacidad exportadora; las plantas existentes están en su capacidad máxima y si se exporta más o menos va a ser por un tema de valores y no de mercados», sostuvo Faroppa.

«Las plantas son eficientes en capacidad de exportaciones y son buenas en competitividad de capacidad productiva», añadió.

La previsión es que a partir del 2022 la celulosa se convertirá en el producto estrella de las exportaciones cuando la segunda planta de UPM logre un incremento de las colocaciones en US$ 1.100 millones anuales. Allí, las ventas de la cadena productiva forestal superarán los US$ 2.600 millones en ese año y será definitivamente el principal producto de venta.

De hecho, un informe elaborado por Uruguay XXI señaló que con la producción de la nueva planta, Uruguay se convertiría en el segundo mayor exportador mundial de celulosa de fibra corta, solamente superado por Brasil.

A su vez, un informe presentado por UPM en marzo de este año, elaborado por la consultora CPA Ferrere, estimó que la producción de la segunda fábrica generaría un aumento permanente de 2% del Producto Interno Bruto (PIB) y aportaría US$ 120 millones por concepto de impuestos y US$ 200 millones anuales en remuneraciones en la cadena de valor.

Pero no todo es celulosa dentro del sector forestal. «También crece otro tipo de exportaciones como la de rollizos de pino, hay más producción de madera aserrada; lo mismo ocurre con las fábricas de tableros», dijo Faroppa.

Cambios positivos

En setiembre de 2017 finalizó el proceso de venta de las operaciones de Weyerhaeuser en Uruguay que fue adquirida por un consorcio internacional. La empresa comenzó a operar bajo el nombre de Lumin, la marca de los productos elaborados en sus instalaciones en los últimos años y continúa con la producción de tableros de madera.

El director ejecutivo de Lumin, Álvaro Molinari (que antes estaba en Weyerhaeuser), expresó a El Observador que la compañía siguió trabajando con el mismo equipo lo que marcó la confianza del consorcio en la plantilla local. Y los resultados fueron buenos.

«En el primer trimestre del año se sigue en mejora continua de los procesos, ha sido buena la performance en las métricas de operación y la empresa está con una buena gestión», dijo el ejecutivo.

Informó que los mercados están mostrando una demanda saludable de productos de madera aunque la empresa tiene fuerte competidores a nivel regional, fundamentalmente en Brasil y Chile.

«Estamos en una lucha feroz en la competitividad con esos jugadores fuertes en el mercado de los tableros», sostuvo. Los problemas competitivos que señala la maderera son los mismos que aquejan a la industria general: los altos costos para producir.

A nivel comercial, Molinari informó que Lumin desarrolló una estrategia de diversificar los mercados de venta como manera de evitar riesgos. Actualmente exporta a varios mercados, básicamente Estados Unidos, Reino Unido y México, donde juega a favor la ventaja de que Uruguay tenga firmado con ese país un tratado de libre comercio (TLC).

Otro cambio positivo fue el que experimentó Frutifor (ex Urupanel). En enero del año pasado, la compañía comenzó sus operaciones y cambió la línea de fabricación de tableros que había tenido su antecesora en Tacuarembó para dedicarse a la producción de tablas aserradas.

«Se cambió todo porque Frutifor es un aserradero, nunca lo vimos como una alternativa a los tableros», explicó a El Observador el CEO de la compañía, Miguel Sarries.

«Lo que hacemos es más simple, exportar tablas con poco valor agregado, pero con mucho volumen; hoy la empresa maneja el 40% del total de tablas exportadas del país», complementó.

La producción de Frutifor está completamente dedicada a la exportación. Procesa al mes entre 11 y 12 mil metros cúbicos de tablas. Eso se traduce en cerca de 200 contenedores mensuales.

La intención es mantener esa producción durante 2018 y expandirla en el futuro con la adquisición de maquinaria para el tratamiento de la madera. Los principales mercados de Frutifor son China, Taiwán y Vietnam.

De elobservador.com.uy

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