Todos los mayores de 12 años con ceguera o baja visión pueden concurrir al Centro Nacional de Discapacidad Visual, en Camino Maldonado esquina Libia, Montevideo. Se les solicita un informe oftalmológico y luego se realiza una valoración para saber si pueden comenzar un proceso de rehabilitación, explicó la directora del Programa Nacional de Discapacidad, Begoña Grau, tras presentar las obras en ese lugar.
Grau dijo a la Secretaría de Comunicación Institucional que el Programa Nacional de Discapacidad, del Ministerio de Desarrollo Social, realizó el cierre de actividades en el Centro Nacional de Discapacidad Visual. Este espacio fue creado en 2015, a partir de la unificación del Centro de Rehabilitación Tiburcio Cachón y el Instituto Nacional de Ciegos General Artigas, con el objetivo de rehabilitar a personas ciegas y con baja visión de todo el Uruguay.
El servicio incluye residencia de larga estadía, que actualmente usufructúan 22 personas mayores de 55 años que se encuentran en situación de vulnerabilidad; también aloja en forma transitoria a usuarios que viajan desde diferentes departamentos para rehabilitarse, realizar tratamientos o efectuar trámites.
Tras visitar las reformas que comenzaron hace más de un año, la jerarca mencionó como avances los 300 metros de vereda realizados con baldosas direccionales para personas ciegas y el reciclaje total del pabellón de rehabilitación, con salas con aislación acústica total. El lugar fue refaccionado en cumplimiento de las normas UNIT para obtener la certificación de accesibilidad, añadió Grau.
Destacó, asimismo, las actividades vinculadas a rehabilitación para acciones de la vida diaria —orientación y movilidad, educación física, talleres de madera, carpintería, manualidades, cocina, informática y huerta—, que se realizan en las amplias instalaciones, además de natación en la piscina del barrio.
El centro cuenta con servicio de acompañantes y enfermería las 24 horas, médicos, psicólogos, rehabilitadores, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, profesores de educación física y técnicos especializados.
“La pérdida de visión o el quedarse ciego no es un tránsito sencillo de asumir y, para poder iniciar un proceso de rehabilitación, la persona tiene que estar pronta psicológicamente. La rehabilitación es un proceso de mucha responsabilidad para los técnicos, porque el objetivo es lograr que las personas tengan una mayor independencia en su vida diaria», subrayó Grau.
Agregó que este año el Programa Nacional de Discapacidad logró que se formaran 40 rehabilitadores visuales a través de un curso preparado por la Fundación Braille del Uruguay. “Esta instancia posibilita tener técnicos en los 19 departamentos y que las personas ciegas puedan realizar los procesos de rehabilitación en los lugares donde habitan en forma cotidiana”, finalizó.
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