Junto con la educación y la seguridad, el tema vivienda ocupa un sitial importante en la agenda gubernamental uruguaya, así lo trasmiten diversas figuras de las autoridades nacionales. Para hablar de datos fidedignos nos tenemos que remitir al último registro realizado en el año 2004, vale mencionar que este año está previsto un nuevo censo en todo el país. Si comparamos el primer censo realizado científicamente en Uruguay y que data de 1908 con la última consulta de 2004, observamos que en Uruguay se pasó de 1.042.686 a 3.241.003 habitantes, un crecimiento que ronda el 3,1. El incremento en la cantidad de viviendas fue superior, pasando de 151.456 a 1.279.741, hubo una multiplicación de 8,5. Al remitirnos a la última encuesta oficial de 2004 se comprueba que a Montevideo la habitan 1.325.968 personas mientras que en el interior residen 1.915.035. En cuanto a viviendas en la capital hay 499.252 y en el interior uruguayo existen 1.915.035. Los números indican que en todo el Uruguay para una población de 3.241.003 habitantes hay 1.279.741 viviendas particulares y colectivas, lo que resultan 2,53 personas por vivienda o 0,39 viviendas por habitante.
Los datos del Censo de 2004 arrojan para Tacuarembó 90.489 habitantes y 32.530 viviendas particulares y colectivas, lo que implica 2,78 persona por vivienda o 0,36 viviendas por habitante.
Al mirar a nuestros países limítrofes encontramos que de acuerdo a cifras del año 2000 del Instituto Brasileiro de Geografía e Estadísticas la población de Brasil asciende a 168.370.893 habitantes (137.015.685 en la zona urbana y 31.355.208 rurales). Los domicilios particulares son 44.795.101 lo que da un promedio de 3,75 personas por vivienda. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, la República Argentina, de acuerdo a datos preliminares del censo llevado a cabo a fines de 2010, indican que son 40.091.359 habitantes y el país tiene 14.297.149 viviendas o sea 2,8 habitantes por vivienda.
Recientemente se dieron a conocer en Uruguay los primeros microdatos de la Encuesta Continua de Hogares, la información con mayores detalles está prevista hacerla conocer públicamente a mediados del presente año. De acuerdo a esta información observamos, sobre el total del país, que en el 100% de los uruguayos son propietarios de vivienda un 61,5% mientras que existen un 17,2% de inquilinos y ocupantes con o sin permiso un 21,3%. Respecto a Tacuarembó se percibe un 65,0% de propietarios frente a un 12,5% de inquilinos y un 22,5% de coterráneos que ocupan con o sin permiso una vivienda.
En Uruguay este fenómeno de ser propietario de su casa se arrastra de la raíz hispánica de la población que contiene “una fuerte impronta hacia la propiedad de la vivienda que habita” lo dijo Julio Villamide, director de la Revista Propiedades en entrevista de Voces Nº289. En países europeos es diferente, “por ejemplo Alemania donde los porcentajes prácticamente se invierten”. A fines del siglo XIX, el 80% de las familias alquilaba el lugar donde vivía. Ser dueño era reservado solo para unos pocos afortunados. Pero la cabeza del uruguayo cambió en el siglo XX y se arraigó aquello que «lo primero es el techo propio». Desde entonces, ser inquilino se considera poner la plata en saco roto, y se aspira adquirir casa propia.
Consultada por TACUAREMBO 2000 sobre el mercado inmobiliario local, la titular de la inmobiliaria “Alicia Silva Propiedades”, estimó que “en estos momentos la gente está invirtiendo más en comprar propiedades y no en alquiler, porque tiene más posibilidad en acceder a una cuota de préstamo”, también en otras épocas se prefería invertir más en otras áreas, y “hoy hay más demanda en comprar que en alquilar”. En cuanto al rango de mayor necesidad de casas, agrega que “es en el promedio de los treinta mil dólares”, las cuales escasean y al aumentar los precios el mercado merma. El negocio inmobiliario en Tacuarembó, “se da tanto en el centro de la ciudad como en los barrios”, muchas personas desean escapar del bullicio urbano y buscan vivienda en los alrededores, donde se encuentran buenas construcciones y a menor costo que en el centro de la ciudad. Alicia Silva opina que las perspectivas para el resto del 2011 y para el año el 2012 “será un buen momento para los negocios”.
Un artículo aparecido recientemente en El Observador comenta que “la expansión de la economía con incentivos fiscales a empresas que se radiquen en el interior implicó la aparición de polos de desarrollo alejados de Montevideo, que provocan un boom inmobiliario donde los precios de los alquileres suben en forma desmedida por una demanda que llega a zonas antes alejadas e improductivas. El negocio de los propietarios de inmuebles, que venden a precios elevados, o de los que arriendan sus casas también a valores altos, es a la vez un problema social para los habitantes locales que no pueden pagar y exigen soluciones a las autoridades. El proceso de suba de precios de inmuebles tiende a corregirse a la baja luego de un tiempo, pero siempre quedan bastante por encima – en algunos casos al doble – de los valores previos a la instalación de grandes emprendimientos industriales.” Esta situación está centrada actualmente en la zona de Conchillas, Nueva Palmira y Rivera, está última por la demanda aumentada por empresas forestales y por la diferencia cambiaria con Brasil, “lo mismo ocurrió en Tacuarembó con la consolidación de la americana Weyerhaeuser y las empresas satélites” y en el departamento de Rocha por la posible construcción de un puerto de aguas profundas. Recuerda la nota que la consolidación de estos megaemprendimientos “movilizan a proveedores y profesionales” que su instalación en los alrededores de las plantas “también presionan al alza los precios del mercado inmobiliario”. Otro factor incidente en el crecimiento inmobiliario en el interior “es que mucha gente con algo de dinero en el banco prefiere sacarlo e invertirlo en comprar casas para alquilar porque la rentabilidad es mayor” subraya un empresario del sector.
Una proyección del Instituto Nacional de Estadísticas confeccionada a fines del 2010 establece para Tacuarembó una población de alrededor de 97.550 habitantes para el año 2011, el censo a llevarse a cabo en el corriente año corroborará si es acertado o no. Si se mantiene el porcentaje de vivienda por habitante del Censo de 2004, tendríamos una proyección de más de 35 mil viviendas en el departamento. El mismo organismo y de acuerdo a estudios basados en el censo de 2004, prevé que nuestro departamento tendrá un crecimiento poblacional de unas 15.100 para el año 2025, pero tendrá un estructura demográfica más envejecida.
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