«La salud de las personas privadas de libertad en Penal de Libertad, COMCAR, Punta de Rieles, CMRF femenino y El Molino, depende directamente de ASSE», informo el director adjunto Tabaré Martínez. Según valoró, la independencia de los servicios sanitarios en relación con los servicios penitenciarios es un avance notorio de la reforma carcelaria que iniciaron pocos países, entre ellos Uruguay. Unos 200 profesionales de la salud trabajan en la atención de 3.200 privados de libertad en COMCAR, 1.200 en el penal de Libertad, 600 en Punta de Rieles, 480 usuarias y siete bebés en el Centro Metropolitano de Rehabilitación Femenino (CMRF), y 30 madres y 36 niños en el centro de rehabilitación El Molino. Representan dos tercios de la cantidad de reclusos del país.
En forma paulatina a partir del 2008 la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) gestiona las policlínicas, coordinaciones para realizar atención fuera, emergencias, salud bucal, salud mental, y la entrega de medicamentos. «Los usuarios están privados de su libertad pero no del derecho a la salud, lo que fue calificado por Martinez como un avance a nivel mundial. Italia comenzó su procesohace relativamente poco tiempo», indicó Tabarè Martinez.
«Lo más complejo ya se ha logrado, y es estar instalado dentro del los recintos carcelarios en forma independiente y a la vez coordinada con el ministerio del Interior», enfatizó. También explicó que el Ministerio del Interior no tiene competencia en materia sanitaria y subrayó el respaldo brindado por el Instituto Nacional de Rehabilitación, en especial por los comandos de cada centro. Martínez agregó: «No existen muchas referencias en el mundo en la materia, aunque si hay buenos ejemplos de buenas practicas que tratamos de implementar en nuestro país, caso España entre otros».
El proyecto de salud tiene cuatro áreas: urgencias y emergencias, policlínicas, salud bucal y salud mental. Un centro asistencial para urgencias y emergencias (en COMCAR se instaló una pequeña sala de internación con 8 camas), una ambulancia, médico y enfermero las 24 horas, auxiliar de servicio, y atención en policlínica. Este último servicio se implementa dos veces por semana en cada módulo de COMCAR, que es el centro con mayor cantidad de usuarios y en los demás, según las características de cada uno. También se implementó un servicio de salud bucal, que atiende regularmente, extracciones y reparaciones, faltando implementar una segunda etapa de prótesis.
Otra área de la atención es la salud mental, mediante el trabajo en grupos operativos de hasta quince personas, coordinados por un psicólogo y un operador terapéutico en drogodependencias o educador. A partir del trabajo grupal en pos de un objetivo se trabajan otros aspectos que tienen que ver con los vínculos y otras disfunciones de la conducta. “Entendemos que los problemas de salud se ven agravados por la propia privación de libertad de forma marcada. Por eso estamos convencidos que lo fundamental en el servicio de salud es el trabajo profesional y ético, basado en el respeto de los derechos humanos. Eso es lo que nos da garantía de buen servicio y estamos convencidos que colabora con la superación de las personas, cien por ciento”, concluyó Martínez.
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